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ECONOMíA | 30-12-2017 18:43

El año en que la economía rebotó y se aceleraron las reformas

El PBI finalizaría 2,9% por encima de 2016, cuando cayó 2,3%. Empezó el reformismo permanente.

2017 fue el año en que la economía se recuperó de la caída de 2016 y en que el Gobierno de Mauricio Macri avanzó con reformas con la intención de ahorrar gastos e impulsar la actividad en los próximos años. Cambiemos había iniciado su gobierno con la salida del cepo cambiario y la consiguiente devaluación del peso y el comienzo de los tarifazos, con lo que en 2016 el PBI se había contraído un 2,3%, la inflación había alcanzado el 38% y la pobreza, en lugar de tender a cero, subió del 29,7% al 32,9%, según la Universidad Católica Argentina (UCA). Pero en 2017, sobre la base de la reactivación de la obra pública, el impulso del consumo -vía créditos y postergación del aumento de tarifas de transporte-, el exitoso blanqueo de capitales y el endeudamiento externo para cubrir el déficit fiscal, la economía recuperó lo perdido el año anterior y superó el pico de 2015.

El PBI finalizaría este año con un alza del 2,9%, según la previsión de bancos y consultoras relevadas por FocusEconomics. Hasta octubre creció al 2,8%. Se recuperó el empleo asalariado formal perdido, aunque el que se creó es de menores calidad y salarios que el destruido. La inflación bajó al 24%, una cifra bastante inferior a la de 2016, aunque similar a la mayoría de los años del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, con la diferencia de que esta vez subieron las tarifas de energía. Claro que el 24% quedó empañado por la obstinación del Banco Central de fijar una meta del 17%. Para 2018, el jefe de la autoridad monetaria, Federico Sturzenegger, cedió -algo loable o exigible a un funcionario- y aceptó este jueves subir el objetivo del 12% al 15%, en línea con la experiencia histórica internacional de bajas graduales de la inflación.

A su vez, la pobreza descendió al 28,6%, por debajo del último año K, según la UCA. La mala noticia es que la indigencia, es decir, los pobres que pasan hambre además de otras carencias básicas, subió del 3,4% en 2015 al 4% en 2016 y allí se mantuvo este año. Es que las devaluaciones castigan sobre todo los precios de los alimentos, a la que impulsan la producción nacional. Por algo la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) viene reclamando desde hace meses por una ley de emergencia alimentaria.

Más allá del shock de la devaluación y el acuerdo con los fondos buitre en el inicio del Gobierno, Cambiemos apostó por el ajuste gradual. Así Macri convenció a los mercados internacionales de que prestaran a la Argentina a una tasa baja respecto de la que podría haberse endeudado el kirchnerismo pero alta en relación a otros mercados emergentes. Así, la alianza del PRO con la UCR y la Coalición Cívica logró ganar las elecciones legislativas de octubre pasado. Y a partir de esa victoria se evalentonó para impulsar lo que llaman gradualismo acelerado, o reformismo permanente.

En las últimas tres semanas de 2017, el Gobierno logró que el Congreso, con más diputados y senadores propios y con el apoyo de parte del PJ gobernante en provincias, aprobara una serie de reformas con las que busca alentar la inversión privada y bajar el déficit fiscal, de modo reducir el endeudamiento. Si bien la deuda pública aumentará del 54% del PBI en 2015 al 58% en 2017, tras el pacto con buitres y el endeudamiento posterior para cubrir el rojo, el porcentaje que se le debe al sector privado, y ya no a organismos públicos, se elevó del 12% al 28% en un país con ocho defaults en su historia, según First Capital Group. Así fue que se votaron las reformas tributaria y previsional, ley de responsabilidad fiscal y el pacto fiscal con las provincias, la prórroga del impuesto al cheque -que se podrá descontar del de Ganancias-, el revalúo impositivo que complementará el ajuste por inflación en los balances, los cambios del tributo a los combustibles y el presupuesto 2018, un proyecto presentado en septiembre pasado y que quedó desdibujado por las otras normas aprobadas y por el cambio de metas de inflación.

Economistas serios dudan del impacto de las reformas a largo plazo, dado el atraso cambiario previo a los últimos días de nueva depreciación del peso. Así termina un año en que el dólar estuvo calmo y que al final de año comenzó a agrandarse. Veremos qué depara 2018.

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