Buenos Aires es lo que se considera a nivel urbanístico como una megalópolis. Con casi 14 millones de habitantes proyectados, muchos de los problemas son compartidos por otras grandes capitales del mundo que fueron modificando el patrón de convivencia y la demanda por mejores servicios que inciden en la calidad de vida de los ciudadanos. Entre ellos, los que crecieron sustancialmente en los últimos años fueron un pedido de más seguridad, mejora en el espacio público (plazas, arboledas y lugares comunes en las calles) y sobre todo un salto cualitativo en el servicio de transporte, reordenando las prioridades de comunicación y circulación. El objetivo es facilitar la vinculación de los habitantes con su entorno y lograr que el automóvil vuelva a cumplir su utilidad para viajes de media distancia.
El urbanista colombiano Carlos Moreno, muy consustanciado con la visión parisina de la vida citadina, elaboró un concepto de “la ciudad de los quince minutos” para referirse a la injerencia del gobierno local para facilitar la infraestructura y eliminar los obstáculos para hacer factible que en no más de un cuarto de hora alrededor de su casa puedan desarrollar las actividades diarias: descansar, trabajar, estudiar, esparcirse y vincularse con los demás. La Ciudad de Buenos Aires enunció la política de facilitar la conversión del espacio público en un entorno seguro, amigable y sustentable, engrosando el listado de otras 16 urbes que llevan adelante dicha política.
Claro que CABA es sólo una parte de la megalópolis que conforma con el Gran Buenos Aires y, por lo tanto, más allá de la General Paz comenzaron a proliferar iniciativas privadas para recrear ese concepto urbanístico
Caso testigo. Con este eje central estratégico, Bliss Buenos Aires pudo reunir a un equipo de trabajo habituado a desafíos empresarios, uniendo la experiencia de las familias del Grupo Piero (Vara Lana) y Russoniello, sumando también al estudio de arquitectura MRA+A, la empresa constructora GDCI para la ejecución y RED en la dirección de obra.
Martín Maderna, CEO de Bliss Buenos Aires, hace una lectura particular de esta tendencia. La empresa desarrolladora está embarcada en un proyecto que se inscribe en el prototipo de las que responden a la demanda que llegó para quedarse también a orillas del Río de la Plata. Sobre un terreno en San Fernando de casi 10 hectáreas, con más de 22.000 metros de espacios verdes y una espejo de agua de 10.000 metros, al ya vigente edificio Marina como primera construcción de Bliss Buenos Aires (una construcción en forma de gran “L”, con 265 departamentos distribuidos en diez pisos) ahora el desarrollo propone una nueva oportunidad: el edificio Crucero, con fecha de entrega prevista en 2027, financiamiento en pesos y un precio de pre lanzamiento, apto blanqueo con costo cero.
“No hay nada igual en esta ubicación en el mercado”, dice a la vez que resaltan las cualidades de un emprendimiento milimétricamente pensado para estar a tono con las tendencias actuales y los cambios de costumbres. “Valoramos la vida en comunidad con mucha seguridad –explican–, y muy especialmente los tiempos de traslado”, agrega Maderna.
A su juicio, Bliss responde a una demanda creciente de proyectos que integren la comodidad y seguridad de la vida urbana con la serenidad que ofrece la naturaleza. “Este diseño sostenible, acompañado por un centro comercial de conveniencia y espacios pensados para el bienestar, marca el futuro de las urbanizaciones", agrega.
Lo que viene. Su apuesta tiene fundamento. “Así como el edificio Marina fue una primera muestra de la sinergia que consiguió el equipo desarrollador, con la obra avanzando a término y cumpliendo con los plazos esperados de la entrega en el 2025, con el edificio Crucero tenemos ahora una nueva oportunidad para demostrar ritmo y excelencia en la calidad de construcción”, arriesga. Con la financiación ya lanzada, la obra que ya se visualiza en los renders como rupturista con lo tradicional y amigable con el entorno al mismo tiempo, tiene fecha de entrega en 2027. “No hay nada igual en esta ubicación en el mercado con la calidad de servicios, construcción y unidades que estamos ofreciendo, con una financiación en pesos y cuotas”, detalla.
La sustentabilidad y el cuidado del ambiente es otro de los vectores de esta nueva demanda que dice presente en la propuesta del edificio Crucero. Adoptaron medidas específicas con el fin de optimizar el consumo de energía en iluminación y en climatización (utilizando tecnología Inverter en todas las unidades) y los ascensores. Además, el empleo de ladrillos Retak permite una mayor aislación térmica y acústica, son resistentes al fuego y están elaborados con material ecológico. Para cerrar este primer círculo, Bliss Buenos Aires ya comenzó el proceso de certificación EDGE, por el cual se compromete a implementar estrategias para minimizar el uso de energía y agua en y la energía incorporada en los materiales. Sustentabilidad hecha realidad.
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por Marcelo Alfano
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