Monday 9 de June, 2025

EMPRESAS | 29-05-2025 10:57

Gabinete, no dictadura

El diseño del proceso de toma de decisiones estratégicas en las PyMEs no es una cuestión meramente formal sino que marca la cultura de toda la organización.

La Argentina ha tenido tradicionalmente empresarios con mentalidad de “patrón de estancia”: un dueño autoritario cuyo personal le es devotamente fiel y no cuestiona ni intenciones ni decisiones. La visión que típicamente tiene el dueño sobre los cuerpos colectivos en la empresa (directorios, comités, etc.) es que agregan una instancia burocrática que alarga y dificulta los procesos de decisión.

Sin embargo, las decisiones tomadas por cuerpos colectivos combinan el juicio de los individuos que los integran y agregan una variedad de perspectivas e información parcial, incompleta o errónea, pero que aumenta la riqueza de las deliberaciones y conduce a mejores decisiones.

Aunque pudiera reconocerse que la autocracia es una forma eficiente de conciliar visiones individuales en conflicto y llegar a una decisión más rápida a través de la autoridad indiscutida del autócrata, tiene muy mala performance cuando se debe llegar a un juicio colectivo sobre problemas complejos: es preferible la diversidad de opiniones y la deliberación.

Ningún miembro de una empresa de hoy puede tener el conocimiento suficiente para decidir qué comportamiento deben seguir el resto de la organización, con lo que el expertise de los especialistas es necesario para mejorar las decisiones: esto lleva a una delegación de las decisiones.

Friedrich von Hayek tocó este problema en su libro “El uso del conocimiento en la sociedad” (1948) cuando señaló que el conocimiento técnico nunca existe en forma concentrada o integrada en una sola persona. Pero aún si una persona pudiera acumularlo, existen aspectos como el conocimiento de circunstancias de tiempo y lugar al que sólo acceden otras personas. La delegación de autoridad resulta por lo tanto aún más crítica si las circunstancias del contexto cambian rápidamente…

Pero tener la información necesaria y tomar una decisión son cosas bien diferentes. Nicolas de Caritat, marqués de Condorcet, estudiando las decisiones colectivas en el siglo XVIII concluyó que, a condición de que la probabilidad promedio de tomar la mejor decisión fuera superior al 50%, la probabilidad de que la mayoría de un grupo tomara la decisión correcta tendería al 100% para un grupo suficientemente numeroso.

Pero el caso más impactante es el de un economista alemán que examinó los archivos del Estado Mayor del ejército alemán de la Segunda Guerra Mundial. Su análisis detallado le permitió comprobar que las decisiones del alto mando alemán habían sido más exitosas cuando Adolf Hitler no expresaba de antemano y en forma enérgica su propia opinión, con lo que la decisión surgía de una deliberación relativamente libre y creativa entre sus generales…

La conclusión obvia para las empresas es que a medida que los problemas que deben analizar y las decisiones que deben tomar se vuelven más complejos, cada vez más es necesaria no sólo la opinión de los expertos, sino que además deben tener más influencia y peso a la hora de decidir. La complejidad lleva a una mayor descentralización y democracia en la toma de decisiones.

Una solución es la conformación de directorios externos que le dan soporte al N°1, contribuyendo con la mejora de la competitividad y la sostenibilidad de las empresas y sus líderes. Esta esa tarea que desarrollamos en ADIRAS (Asociación de Directorios Asociados) en vistas de agregar previsibilidad al desarrollo de las pymes, y evitando la soledad en que se gestionan las PyMEs y la falta de gobierno típica de las mismas. 

A pesar de las dificultades y potenciales ineficiencias que conlleva una visión más democrática de trabajo entre pares, queda claro que una autocracia centralizada es insostenible como forma de gobernanza de una empresa. En primer lugar, fracasa en generar respuestas ante el entorno profundamente cambiante de la realidad actual. En segundo lugar, tampoco produce alternativas para resolver problemas en un mundo crecientemente complejo.

En síntesis, como en la sociedad en la empresa. Parafraseando a Winston Churchill, la democracia quizás sea un mecanismo difícil de entender y operar, pero sigue siendo el mejor sistema de gobernanza para realidades complejas en entornos sociales diversos y cambiantes.

*Alejandro Marchionna Faré es facilitador de ADIRAS – Asociación de Directorios Asociados y consultor especialista en dirección de Pymes.

por Alejandro Marchionna Faré

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