Sunday 5 de May, 2024

EMPRESAS | 03-09-2023 07:43

Informalidad atomizada

Las pequeñas y medianas empresas son las principales empleadoras, también concentran la mayor parte del trabajo no registrado.

Casi un lugar común, se habló siempre que las empresas pequeñas y medianas en casi todo el mundo desarrollado, son las grandes empleadoras. Pero en los últimos años, esta versión aterrizó en Argentina con una versión adaptada al escenario económico por el que atravesó el universo empresario en un contexto de incertidumbre y grandes cambios en las variables económicas.

Los números. Un reciente estudio realizado por la consultora Claves Información Competitiva, realizado sobre la base de los CUITs vigentes de personas jurídicas (empresas) se contabilizaron en total 778.149. Nelson Pérez Alonso, director de Claves explica que todos los años dimensionan mercados y necesitan entender la correlación del empleo con la facturación de las empresas en los más de 100 mercados que están monitoreando. “Analizamos la necesidad de entender el potencial de las zonas geográficas en términos de oferta y demanda de productos y servicios, con las bases de datos de los CUITs y CUILs”, apunta.

Del total de empresas registradas, el 34% no tiene empleados: son compañías unipersonales o se trata de dueños sin personal declarado. Otro 47% tienen entre 1 y 5 empleados y otro 12% para las compañías con una nómina de entre 6 y 20 empleados.

Según el mencionado informe de Claves, las pequeñas y medianas empresas son la espina dorsal de la economía de cualquier país por lo que apoyar a las Pymes significa, en términos estratégicos, “estimular la actividad privada y también el desarrollo de las habilidades emprendedoras”. Sin embargo, la aseveración de que las Pymes emplean entre el 70% y el 80% del empleo formal en Argentina no se estaría verificando. En total, si tomamos como Pyme a una empresa con menos de 90 trabajadores, tenemos que el 45% (3,3 millones) están inscriptos allí, pero si la frontera son 200 empleados la proporción sube a 57% (4 millones). O sea que 3 millones trabajan en empresas con más de 201 empleados y si la demarcación es de 90 dependientes, son 3,9 millones los que trabajan en empresas “grandes”.

“El número de cantidad de Pymes fue descendiendo porque hoy no tenemos más de 778 mil, cuando hemos tenido casi 900 mil”, destaca Pérez Alonso e interpreta lo que se desprende de este estudio que el 80% del empleo está asentado en el entramado Pyme, pero también es el más informal. “Si tomamos la cadena de la construcción, es más probable que los grupos concentrados tengan gente en blanco-formal", agrega.

El sector que más genera trabajo, sacando al Estado (que emplea 3,8 millones de personas), es el de la industria con 1,2 millón; es decir, un tercio de lo que genera el Estado. El rubro Comercio hoy emplea a 1,2 millón de personas, mientras que el agropecuario tiene 325.000 empleados directos formales y el automotriz tras 90.000 personas.

Razones. Roberto Vassolo, profesor e investigador del IAE Business School, queda claro que, si no hay empresas grandes, el empleo formal se cae brutalmente. “Un plan de desarrollo para promover el empleo necesita cuidar a todas, pero la tragedia de Argentina es que lo que cae es el empleo formal”, subraya. Entiende que todo atenta contra la formalidad en el empleo y en las actividades, no sólo por una presión impositiva sobre el sector formal de las empresas que está entre las más gravosas del mundo, sino también sobre los costos no salariales que encarecen la contratación de personal en regla.

Por su parte Gustavo Lazzari, que dirige una empresa de chacinados de propiedad familiar y participa activamente en la Cámara Argentina de la Industria de Chacinados y Afines (CAIChA), integrante de la Copal, las estadísticas de empleo formal tienen relevancia para evaluar el grado de inclusión de la legislación laboral. Y la Argentina hizo una legislación restrictiva. “La no participación de las Pymes en el empleo formal tiene más que ver con la inviabilidad de la legislación que con el dinamismo de este tipo de empresas, porque de hecho el empleo que crece es el informal (y la mayoría de ellos generados por Pymes)”, subraya Lazzari.

El empresario cree que hay un prisma para evaluar esta situación: “saber cuán inclusiva es la legislación y hace 12 años que no crece el empleo privado formal en forma consistente y significativa, lo que muestra la inviabilidad de la legislación laboral para crear empleos de calidad”, enfatiza. Pero, por otro lado, señala que la cantidad de empresas empleadoras demuestra que hay una dinámica en la actividad de las Pymes que sí crea empleo, pero deja en evidencia que no es suficiente. “Yo no pondría en duda la capacidad de las Pymes para crear empleo, pero sí la naturaleza de la normativa jurídica para que el empleo sea de carácter formal”, concluye.

Como un sistema con dos velocidades la base de empresas empleadora no muestra todo lo que realmente hace y menos aún, el potencial que podría desarrollar. Las estadísticas que surgen del estudio de Claves reafirman que la bajísima participación en el empleo total no es una debilidad en sí misma, sino que esconde la precariedad del entramado institucional pensado para la realidad de la gran empresa.

 

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Tristán Rodríguez Loredo

Tristán Rodríguez Loredo

Editor de Economía.

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