El Nobel sudafricano tiene una vasta obra, con distintas zonas. Los dos primeros textos de este libro pertenecen más al reino de la autobiografía, el ensayo privado o la columna, que a la narrativa. Uno describe una casa que fue “su lugar en el mundo” en España. El otro tiene que ver con la aspereza geográfica y social de Sudáfrica. El tercero, en cambio, es un relato de extraordinaria complejidad, que gira alrededor de Robinson Crusoe, ya en tierra civilizada, asediado por distintos ángulos –“la alegoría, el símbolo, la pintura y la actuación”, enumera Marcelo Cohen en el prólogo. Así, alcanza una alta temperatura y un lenguaje torrencial.
por Leonardo D’Espósito
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