Una multinacional alemana dedicada al desarrollo de software, genera iniciativas globales para la integración laboral de personas con trastornos del espectro autista (TEA). Se trata del programa “Autism at Work”, que se lleva a cabo en varios países desde el año 2012 y comenzó a aplicarse en Argentina a fines de 2016. Gracias al éxito obtenido, la experiencia se repite en 2017 con el doble de vacantes.
SAP Argentina, en colaboración con APAdeA (Asociación Argentina de Padres de Autistas) y la consultora Specialisterne es la primera empresa en el país en incorporar personas con autismo a su plantilla laboral.
El programa “Autism At Work” es pionero en el mundo. “Se estima que cerca del 1 por ciento de la población mundial se ve afectada por TEA, y el objetivo de la compañía es que, para el año 2020, el 1 por ciento de su fuerza de trabajo pertenezca a este grupo poblacional” afirma el Dr. Horacio Joffre Galibert, Fundador y Presidente Honorario de APAdeA.
Desde el año 2012 se incorporaron a la empresa más de 100 nuevos trabajadores mediante este programa en todo el mundo. Las primeras experiencias se realizaron en Estados Unidos, Alemania, Canadá, Irlanda, India y Brasil, y a partir de 2016 ha comenzado a implementarse en Argentina. Specialisterne es una empresa social, especializada en capacitación e inserción laboral de personas con autismo, y es socio de SAP a nivel mundial en este proyecto.
El camino de la integración
“El programa consta de varias etapas, e involucra a psicólogos y pedagogos de APAdeA, que trabajan en conjunto con los profesionales de Specialisterne” explica Natalia Gómez, Coordinadora de Relaciones y Programas Institucionales en APAdeA. Y continúa: “En primer lugar, se lleva a cabo la convocatoria y el reclutamiento de los participantes. Se reciben y evalúan 150 a 200 curricula vitae y, luego de una pre-selección y una reunión informativa, se entrevista individualmente a cada uno de los postulantes para efectuar la selección final”. Los requisitos para participar son ser mayor de 18 años, tener manejo del idioma inglés, tener diagnóstico de TEA (Trastorno del Espectro Autista).
Los aspirantes seleccionados son invitados a realizar un curso de capacitación de cuatro semanas en la empresa, que consiste en el desarrollo de habilidades socio-laborales (a través de robots Lego y otras herramientas informáticas). En paralelo se trabajan competencias ligadas al diagnóstico y al campo laboral. “En noviembre de 2016 participaron de la capacitación 6 jóvenes con TEA, de los cuales cuatro fueron contratados por la empresa SAP. En 2017 la cantidad de vacantes para la capacitación se incrementó a once y se espera que seis o siete personas puedan ser contratadas por la empresa en este año 20118”, explica Natalia. “A los que no son incorporados se les proponen pasantías y prácticas laborales. La idea es que el proceso no resulte frustrante, sino que todos tengan un incentivo para continuar”.
Los nuevos empleados cuentan con el apoyo de un “buddy”, compañero de área que se ocupa de darle todas las instrucciones y herramientas para trabajar. También se les asigna un “mentor”, profesional de APAdeA que trabaja en conjunto con la empresa durante el primer año, realizando un proceso de seguimiento hasta completar la integración. “es necesario preparar a toda la empresa, desde el personal que vigila la entrada o sirve el café, hasta los puestos gerenciales” afirma Joffre Galibert. Natalia Gómez concluye: “los puestos de trabajo disponibles pertenecen a las áreas de programación, administración y finanzas, aunque ahora se está evaluando incorporar marketing, para que puedan tener acceso y comunicación con los clientes”.
Frecuencia poco conocida
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) aproximadamente 1 de cada 160 niños en todo el mundo es diagnosticado con algún Trastorno del Espectro Autista. Sin embargo, existen estudios por países y regiones que dan cuenta de una incidencia notablemente mayor. Tal el caso de los Estados Unidos, donde la prevalencia actual de los TEA es de 1 cada 68 niños. En Gran Bretaña, por ejemplo, las estimaciones actuales indican que hay más de una persona por cada cien con algún TEA, lo que se traduce a nivel local en más de 700 mil personas. En los Estados Unidos, esa cifra supera los 3,5 millones. De acuerdo con la Sociedad Nacional de Autismo (NAS), solo el 16% de los adultos con trastorno del espectro autista en Gran Bretaña tiene un empleo de tiempo completo, una cantidad que permanece congelada desde el año 2007.
Aunque en la Argentina no hay estadísticas precisas, se calcula que el nivel de incidencia es similar al de los Estados Unidos. Así las cosas, y según los estudios epidemiológicos realizados en los últimos 50 años, la incidencia mundial de estos trastornos parece estar aumentando: de hecho, en la actualidad el diagnóstico de TEA es más frecuente que el síndrome de Down, o la diabetes juvenil.
El autismo es una afección de "espectro", lo que significa que los síntomas varían en forma y grado entre diferentes individuos. Algunos tienen discapacidades intelectuales significativas y requieren un alto nivel de apoyo en sus vidas diarias, pero en muchos casos tienen una inteligencia de promedio a muy alta y necesitan un menor grado de asistencia.
Las personas en el espectro del autismo presentan dificultades persistentes en la comunicación y la interacción social, y pueden mostrar patrones de comportamiento, actividades o intereses restringidos y repetitivos. Con frecuencia experimentan alteraciones a nivel sensorial, como sensibilidad aumentada o reducida a la luz, los sonidos, el color, el olfato, el gusto o el tacto.
Los TEA pueden restringir de manera significativa la capacidad de una persona para desarrollar sus actividades diarias y su participación en la sociedad. A menudo influye negativamente en sus logros educativos y sociales, y también en las oportunidades laborales. Según cifras de la asociación Autism Europe, organización europea que promueve la plena integración de estas personas en la sociedad, entre un 76% y un 90% de los adultos con TEA se encuentran actualmente sin empleo.
Las ventajas de incluir
El autismo no implica necesariamente un déficit en la capacidad intelectual. Con frecuencia el desarrollo cognitivo es completamente normal y el coeficiente intelectual, mayor a la media. Incluso pueden contar con aptitudes extraordinarias en áreas específicas, por ejemplo, mayor capacidad de concentración y memoria, facilidad para realizar operaciones de cálculo, o habilidades especiales para detectar patrones y errores de software (esta última es entre un 20% y un 56% superior a la media de la población).
Estas ventajas se están teniendo en cuenta en algunas multinacionales tecnológicas, que han comenzado a contratar trabajadores con algún trastorno del espectro autista.
Además de la iniciativa que la empresa alemana SAP desarrolla hoy en más de 15 países, existen experiencias similares en otras compañías. Canadá, Dinamarca, España, Estados Unidos, Irlanda, India y Reino Unido son los países que se más se destacan.
“El 80 % del mercado laboral para las personas en el espectro autista se concentra en informática, talleres mecánicos, supermercados, bibliotecas y librerías. Una sus fortalezas es la capacidad de ordenar y clasificar”, asegura Horacio Joffre Galibert. “En este momento estamos realizando reuniones para replicar la experiencia en otras empresas locales, pertenecientes a los rubros turismo, supermercados, consultoría y servicios tecnológicos, hay muchas compañías interesadas, pero se hace difícil debido a los altos costos de implementación.”
Según Joffre Galibert, la incorporación de personas con autismo y otras discapacidades a los equipos de trabajo, implica un enriquecimiento, ya que pueden aportar muchísimo a la cadena de valor y la cadena de colaboración en las empresas. No se trata solo de abrirles las puertas del mercado laboral por filantropía o compasión, son personas valiosas, que ofrecen una mirada única, y esto permite a las organizaciones resolver nuevos desafíos y ampliar su capacidad de innovación.
por María Lucrecia Conti
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