Hoy por la mañana, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que él y su esposa, Melania Trump, habían dado positivo de coronavirus. Fueron testeados tras enterarse de que la asesora de la Casa Blanca, Hope Hicks, que pasa una cantidad significativa de tiempo en la Oficina Oval y viaja con el presidente, estaba infectada.
Hicks es una pieza clave en el círculo rojo de Trump. Voló con el presidente estadounidense a Pensilvania para un mitin político el fin de semana, y a Cleveland para el debate del martes con Joe Biden. Según el Washington Post, “Hicks estuvo muy cerca del presidente y otros altos funcionarios”. Fue fotografiada sin máscara en el mitin de Pensilvania con otros miembros del team Trump, y en Cleveland desembarcando del Air Force One.
Trump tuiteó: "Esta noche, @FLOTUS y yo dimos positivo por COVID-19. Comenzaremos nuestro proceso de cuarentena y recuperación de inmediato. ¡Saldremos de esto JUNTOS! '' El presidente indicó que él y la Primera Dama se sentían bien, y que los pondrían inmediatamente en cuarentena en la Casa Blanca.
El anuncio de la 1 a.m. inmediatamente generó preguntas sobre el momento de la infección de Trump y si otras personas con las que ha estado en contacto cercano podrían haber estado expuestas, incluido su rival, Joe Biden, quien compartió el escenario con Trump en el debate presidencial celebrado el martes por la noche.
Campaña en pausa. En Washington aseguran que la campaña electoral de Donald Trump se sumió en el caos después de que el presidente dio positivo por coronavirus, y el próximo debate presidencial televisivo -programado para el 15 de octubre- podría ser cancelado.
Con solo 32 días para las elecciones presidenciales de Estados Unidos, Donald Trump estará fuera del juego al menos durante dos semanas, tras contagiarse con “el virus chino”, como él lo llama, al igual que la primera dama Melani Trump. Después del anuncio, la Casa Blanca emitió un nuevo calendario que muestra varios eventos cancelados, incluida una recaudación de fondos en Washington.
También se espera que Trump se pierda un mitin en Florida, mientras que Biden –que no dio señales de suspender sus recorridos- tiene programado hacer campaña en Michigan hoy. Ambos estados son estados indecisos que podrían inclinar el resultado de las elecciones estadounidenses. Y el presidente, ahora en cuarentena, también tendrá que perderse seguramente siguiendo las proyecciones, las presentaciones en Wisconsin y Arizona.
Más allá de las cancelaciones en su agenda, sus asesores se preguntan por estar horas cómo afectará esto sus argumentos: Trump ha minimizado repetidamente los peligros del virus, y se ha mostrado hostil con Biden por su uso de máscaras y tapabocas, al tiempo que intenta transmitir un mensaje de optimismo económico y reapertura. Su enfermedad seguramente tendrá un impacto en la percepción de los votantes.
Contagios y funciones. El parte médico dice que se espera que Trump "continúe desempeñando sus funciones sin interrupciones mientras se recupera". Pero no queda claro cuántas horas de trabajo podrá hacer sin complicar su recuperación. Trump tiene 74 años, y un mayor riesgo mayor de sufrir complicaciones. Su diagnóstico es una de las mayores amenazas para la salud de un presidente estadounidense en funciones en décadas. Sin embargo, su médico, el comandante de la Marina, el Dr. Sean Conley, dijo que tanto el presidente como su esposa están "bien en este momento".
“La experiencia de Gran Bretaña muestra que incluso en un país con un sistema político bien organizado, la enfermedad repentina de un líder puede ser profundamente inquietante. Cuando Boris Johnson contrajo el virus en marzo, el gobierno estuvo a la deriva durante varios días mientras luchaba por seguir liderando la respuesta a la pandemia, a través de llamadas de Zoom, desde el aislamiento en su residencia oficial en Downing Street ”, escribió el el New York Times.
Si Trump es hospitalizado se podría invocar la 25a enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, y transferir temporalmente el poder al vicepresidente Mike Pence. Esto ha sucedido tres veces desde que la enmienda entró en vigor en 1967. El presidente Ronald Reagan la invocó durante ocho horas en 1985 (por una operación), y George W. Bush entregó el poder a su vicepresidente dos veces durante aproximadamente dos horas mientras se sometía a colonoscopias en 2002 y 2007. Si un presidente de Estados Unidos muere en el cargo, el vicepresidente automáticamente jura como presidente.
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