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MUNDO | 11-02-2022 15:24

Generación plateada: la hora de los líderes gerontes

Del italiano Mattarella a Biden. La vuelta de Lula y la reelección de Xi Jinping. Debate por la edad jubilatoria en la política.

La semana pasada, Sergio Mattarella prestó juramento para su segundo mandato como presidente de Italia. Tiene 80 años, y dejaría el cargo con 87. El jurista aseguró que él prefería descansar, pero aceptó la reelección para “evitar poner el riesgo la recuperación de la pandemia”. Los presidentes gerontes aparecen en muchos casos, incluso el italiano, como una garantía de trayectoria. Pero son también freno para la necesaria renovación de la política, aunque aportan como contra argumento, un stop a la escalada de los ultra.

Elecciones

Eso mismo sucedió en las elecciones estadounidenses con Joseph Biden. El demócrata y ex vicepresidente de Barack Obama, se posicionó como la mejor opción para derrotar a la extrema derecha de Donald Trump, pero también para bloquear el giro a la izquierda dentro de su propio partido. Es el argumento de Luiz Inácio Lula da Silva, a los 76 años, para buscar un tercer mandato que frene la reelección de Jair Bolsonaro.

Y la explicación por la que tanto Israel como Estados Unidos apoyan el gobierno de Mahmud Abbas en Palestina desde 2005: se teme que la elección del sucesor del presidente desencadene una lucha feroz. Abbas tiene 86 años y sufre de mala salud, y su heredero sería Majid Faraj, jefe del Servicio General de Inteligencia palestino.

O en su defecto se apunta al ministro de Asuntos Civiles, Hussein Al-Sheikh. Faraj colaboró con Estados Unidos en la captura de un alto operativo de Al Qaeda, pero Al-Sheikh es una cara más visible del gobierno. En la oposición está Mohammed Dahlan, a quien Abbas despidió de su espacio pero se ha hecho fuerte, por la vía bélica, en Yenín, Qalandia (cerca de Jerusalén), Al Am'ari, y otros lugares de Cisjordania. Y Hamas tampoco se queda de brazos cruzados.

Edades

El malayo Mahathir Mohamed era hasta hace algunos años líder mundial con más edad: a los 92 años regresó a la vida pública y derrotó en las urnas a su antiguo ahijado político y jefe de gobierno saliente, Najib Razak. Hoy Mohamed dejó el cargo tras varias dolencias y lucha por su vida.

Su lugar de “líder de mayor edad” lo ocupa Paul Biya, presidente de Camerún, que el 13 de febrero de 2022 celebra su cumpleaños número 89: el país se dividirá entre las celebraciones -sus partidarios sostienen que es un líder enviado por Dios-, y los que piden que entregue el poder tras 40 años de gobierno. Biya asumió el cargo en 1982, y antes se había desempeñado como primer ministro desde 1975. Y ha ganado todas las elecciones -teñidas por el fraude- desde 1992: Maurice Kamto asegura que ganó las presidenciales de 2018 y Biya le robó la victoria.

Es que la permanencia en el cargo suele ser garantía de abusos de poder. Una preocupación incluso en la China comunista, donde el presidente Xi Jinping se encamina a su tercer mandato en 2022, aunque tras cumplir los 68 años, alcanzó la edad habitual de jubilación de los principales líderes del Partido Comunista: se descuenta que romperá la tradición para seguir siendo líder en el Congreso Nacional del Partido Comunista.

Experiencia

Al otro lado del mundo, el caso Biden es el ejemplo más famoso del líder geronte: tiene 79 años, y tendrá 83 en tramo final de su mandato. Si logra la reelección, dejaría el cargo a la edad de 87 años. La voz de la experiencia. Pero no son pocos los que en Estados Unidos se preguntaron durante la campaña si no debería haber un límite de edad para quién puede postularse para la presidencia. La Constitución ya especifica una edad mínima para convertirse en presidente: 35. Pero no hay tope.

Y los estadounidenses tienen hoy al presidente con más años de su historia, y también la presidenta de la Cámara de Representantes más añosa: Nancy Pelosi, de 81 años. En tanto, el actual Senado estadounidense tiene la edad promedio más alta en su cuenta, con 64.3 años. Dianne Feinstein, la senadora de mayor edad, tiene 88 años y ocupa su escaño por California desde 1992.

El senador de Iowa, Chuck Grassley, también tiene 88 años, y lleva cuatro décadas en su cargo (son reelegidos el 90% de las veces). El recuento marca seis senadores que tienen más de 80 años, y 23 de más de 70 años. Y todos con varios mandatos a cuestas. Síntoma de lo que los partidos liberales denuncian como casta.

Exit

Claro que la Enmienda 25 permite en EE.UU. que un presidente enfermo renuncie a favor de su vicepresidente. O que el vice y la mayoría del Gabinete notifiquen al Congreso que el presidente no es apto: ambas opciones se barajaron en favor de Kamala Harris, que tiene 57 años.

Pero este proceso tiene sus defectos: los presidentes rara vez creen que no están a la altura, sin importar lo enfermos que estén. Y lograr que el gabinete designado por el presidente participe de un “golpe suave”, aparece como una opción poco probable. Con ese argumento se postuló la necesidad de enmendar la Constitución para establecer un límite de edad: Elon Musk fue uno de los que apoyaron públicamente la medida.

El fundador de SpaceX y Tesla escribió en un tuit: "Establezcamos un límite de edad después del cual no puede postularse para un cargo político, tal vez los 70". Ronald Reagan fue hasta Trump, la persona de mayor edad elegida presidente, a los 69 años. Y al final de su segundo mandato, muchos ya señalaban una merma en sus capacidades de mentales.

“Seamos realistas, tenemos muchas personas en posiciones de liderazgo que son viejas”, reconoció Nikki Haley, ex embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas. “Deberíamos analizar seriamente las edades de las personas que dirigen nuestro país”, apuntó la republicana que renunció a su cargo en la ONU por cortocircuitos con Trump, y hoy aparece como rival en la interna republicana.

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Maximiliano Sardi

Maximiliano Sardi

Editor de Internacionales.

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