Este jueves 1 de Julio el Partido Comunista Chino (PCCh) festeja sus 100 años de existencia de la mano de su líder Xi Jinping en el impresionante salón del pueblo en la ciudad de Beijing. En su siglo de historia el partido ha pasado de ser una organización marginal de 200 miembros en 1922, a un partido político que posee más de 90 millones de miembros. Atravesado por las turbulentas guerras civiles en China y por las fuertes diferencias conceptuales de dos de sus más grandes líderes, Mao Zedong y Deng Xiaoping. El PCCh se ha caracterizado a lo largo de su siglo de historia por un pragmatismo conceptual desde la perspectiva china que lo ha llevado del marxismo/maoísta al “socialismo de mercado”. Como ha sido el camino centenario de un partido que ha colocado a China a las puertas de ser la próxima potencia mundial.
De las guerras civiles a la República Popular
En 1921 China se encontraba convulsionada, la dinastía Qing había caído en 1912 y una débil república luchaba por sostenerse, frente a diversos señores de la guerra en distintas regiones del país. Es en ese contexto en la ciudad en Shanghái se funda el PCCh, un partido que poseerá características singulares ya que, en sus más de 2000 años de historia continua, cada ideología que ha entrado a China es significada en clave local. Es decir los conceptos de marxismo y leninismo fueron combinados con preceptos taoístas y confucionistas, dando una visión muy particular del socialismo que se refleja hasta hoy en día.
Posteriormente con el avance de los años el PCCh entra en guerra abierta conta el partido nacionalista Kuomintang liderado por Chiang Kai Shek. Dicha guerra se extendería al largo de las décadas de los 20 y los 30, siendo que en 1934 los nacionalistas asestan una fuerte derrota a los comunistas, obligando al ejército rojo a retirarse unos 12.500 km, lo que se conocería como “la larga marcha”. Durante esta retirada sobresalió como líder importante del partido la figura Mao Zedong,
Pero en 1937 la guerra civil entró en suspenso con la invasión japonesa, lo que obligó a que tempranamente ambos enemigos como eran los nacionalistas y los comunistas unieran sus fuerzas para expulsar al invasor. En 1945 con la derrota de japón la guerra civil se reanuda, esta vez el PCCh poseía el apoyo de la victoriosa URSS. Así para el 1 de julio 1949 los comunistas entraron victoriosos a Beijing donde ese mismo día Mao convertido en líder del partido, declaró el nacimiento de la República Popular de China. Desde ese momento “el gran timonel “sería quien guiaría los destinos de la nueva Republica.
Desde esta época China tuvo éxito en empezar a salir del sistema semifeudal en el que vivió por siglos, y en el avance de la alfabetización y los derechos de las mujeres. Pero en el intento de Mao de subir a China al tren de la industrialización, en donde el país había quedado rezagado respecto a occidente se produjeron grandes fracasos. Uno de ellos fue entre 1958 y 1960 con el “gran salto adelante” que desembocó en una terrible hambruna con más de 50 millones de muertos. Esto provocó el alejamiento de Mao y la entrada en escena de Deng Xiaoping, quien actuó como mano derecha del presidente de la República Liu Shaoqi. Deng salió del duro dogmatismo de Mao y comenzó a realizar políticas económicas comenzando a invertir el gran salto adelante, a su vez en esta época China se transforma en potencia nuclear.
De la Revolución Cultural al Socialismo de Mercado
Ante su desplazamiento, Mao orquestó en 1966 su vuelta al poder del partido mediante lo que se llamaría la “revolución cultural” exacerbando a millones de jóvenes chinos en forma dogmática a seguir los preceptos del llamado libro rojo, que poseía sus enseñanzas. Este movimiento generó enormes purgas y numerosos presos políticos (entre los cuales estuvo Xi Zhonhxun padre de Xi Jinping), el movimiento tenía un dogmatismo radical tal, que una persona podía ser acusada de “burgués” por el solo hecho de escuchar música clásica occidental. Mao recuperó el control del partido desplazando a Deng, en este nuevo periodo sumó el logro de restablecer las relaciones con EE.UU. y la incorporación de China al consejo de seguridad de la ONU.
Para 1978, muerto Mao en 1976, asume su gran rival Deng Xiaoping, quien toma el control del partido y por lo tanto del país en una época donde el hambre había quedado atrás y el país siendo potencia nuclear, era aceptado en el concierto de naciones. Fue Deng quien dando muestra de lo pragmático del partido dio un giro de 180º habilitando zonas especiales en ciudades costeras como Shenzhen. De esta manera se introduce la producción capitalista bajo el control del partido, la frase “enriquecerse es glorioso” es el pilar de lo que se denominaría “socialismo de mercado” es decir el proceso de significación vuelve actuar adaptando la producción capitalista al socialismo chino.
A una velocidad inusitada se desarrolló un enorme crecimiento económico que empezó a generar prosperidad en la población, mientras que a su vez este éxito económico rompía el precepto de que el desarrollo del capitalismo requiere del desarrollo de un sistema democrático. Sin embargo, en 1989 luego de más de una década de crecimiento el pedido de más libertades por parte del estudiante en la plaza Tiananmén de Beijing. Fue contemplado por el PCCh de Deng como una homologación de los derrumbes de los partidos comunistas de los países de Europa del este, lo que desembocó en una brutal represión. Así esta época mostró con claridad que la reducción o ausencia de libertades que aplica el partido, busca ser legitimada permanentemente mediante crecimiento económico y cierta mejora en la calidad material de vida.
La era de Xi y el sueño chino
En las primeras dos décadas del siglo XXI los indicadores económicos de China no han parado de crecer, transformándose en el principal socio comercial de numerosos países y convirtiéndose en el productor mundial de manufacturas de alta tecnología. Pero a pesar de los éxitos económicos, los escándalos de corrupción de miembros prominentes del partido afectaron la imagen de este ante la población. Es en este contexto donde emerge la figura de Xi Jinping, proveniente de un ámbito de ciencias sociales, Xi realizó una fuerte purga al interior del partido enjuiciado por corrupción a diversos miembros del partido. Esto le ganó la simpatía de la población que incluso lo ha denominado “tío Xi”.
Posteriormente Xi realizó una inédita modificación en la historia del partido, donde se afirmó que de lo realizado por Mao el 70 % estuvo bien y el 30% mal. Así en los últimos años Xi ha sumado importantes cuotas del poder al interior del PCCh siendo que no se vislumbra su sucesor, actualmente es considerado el gobernante con más poder desde Mao. Y ha sido Xi quien ha hablado del “sueño chino” un concepto de gobernanza dirigido a la quinta generación de partido teniendo como objetivo la revitalización de la civilización china. Este concepto es la base por el cual el PCCh quieren llevar a China a ser potencia mundial para 2050. Sin embargo, las violaciones de los DD.HH. de las minorías musulmanas uigures, el uso de alta tecnología de control sobre la población, el opaco manejo de la pandemia de Covid19, y la represión a los disidentes siguen siendo frentes abiertos para el PCCh. Pero a pesar de esto el PCCh puede jactarse y celebrar de haber conseguido en solo 100 años haber llevado a un país fragmentado en guerras civiles a ser la posible potencia sucesora de los EE.UU.
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