A comienzos de la emergencia nacional producto del COVID-19, en marzo de 2020, se temía el colapso del sistema de salud ante un contagio masivo que imposibilitara atender las necesidades de la población. Durante 2 años, la industria de la salud adquirió un rol esencial en Argentina, y a pesar de la devastación que provocó la pandemia en todos los ámbitos, redefinió la industria.
El core de nuestro negocio en Centro de Servicios Hospitalarios (CSH) históricamente fue las soluciones para terapia intensiva y cuidados críticos, centro de la demanda extraordinaria originada por el COVID-19. Toda esta tecnología fue imprescindible en la atención de los casos más complejos de pacientes afectados por el coronavirus.
Había que responder a la crisis y contribuir a una recuperación sostenible en el sistema de salud de la Argentina a corto plazo. La pandemia en nuestro caso fue un disparador para continuar abasteciendo de equipamiento a los centros de salud tanto del sector privado como público. Atendimos la demanda de hospitales nacionales, provinciales y municipales, de organismos internacionales como la Cruz Roja; y de sanatorios, clínicas, centros de diagnóstico y consultorios de profesionales independientes.
Y cada ola de la pandemia tuvo una incidencia en el mercado. Desde el comienzo de la pandemia hasta hoy es posible identificar 4 momentos que marcan hacia dónde va la industria de la salud, y cuál es la principal demanda de nuestro negocio.
La primera ola fue la demanda urgente del sistema sanitario para responder a tiempo a los casos de hospitalización, que con el estallido del COVID-19 comenzaba a colapsarse. En ese momento estuvimos al frente, y aún tenemos lugar para abastecer a las instituciones de salud con equipamientos para terapia intensiva y cuidados críticos principalmente.
Entre ellos: respiradores, monitores multiparamétricos, central de monitoreo, sistemas de Infusión, desfibriladores, camas de terapia, entre otros productos. Y para emergencias y atención primaria contamos con camillas de traslado, desfibriladores, electrocardiógrafos, monitores multiparamétricos, monitores de signos vitales, desfibriladores y oxímetros de pulso.
En esas primera instancia, la demanda del negocio estuvo enfocada en satisfacer la situación crítica que estaba atravesando el país y que aún deja un residual de solicitud de equipos con alta tecnología. Sin lugar a dudas la salud volvió a primer plano, lo que a nosotros como empresa proveedora nos impacta de forma positiva y, a su vez, nos abrió una oportunidad de desarrollo; pero también sabemos que el mercado se ha saturado en muchas áreas.
Nos encontramos transitando una segunda ola, en donde, debido a la necesidad de priorizar la atención de cuidados intensivos, muchas intervenciones quirúrgicas que no son de urgencia se tuvieron que posponer. Pero cuando la situación sanitaria en el país pasó de ser una emergencia a tomar un ritmo más controlado, se retomaron las intervenciones pospuestas y ahí CSH respondió con equipamiento para quirófanos.
Para adelante, vislumbramos una tercera ola, donde se encuentran aquellos tratamientos de alta complejidad tales como diabetes, diálisis y oncología; es ahí donde la demanda del mercado dará espacio a productos nuevos de alta tecnología, como por ejemplo equipos de hemodiálisis para la terapia de la sustitución de la función renal y tratamientos alternativos crónicos.
Una cuarta ola producto de los efectos colaterales que dejó la pandemia y abarca el espectro de tratamientos psicológicos, trastornos psicosociales y neurológicos. Ahí se reactivó el nicho de equipamiento para estudios específicos de neurología dentro del sector de diagnóstico por imagen, como el Doppler transcraneal.
Finalmente, el "Home Care" vino para quedarse y los centros de salud de alta complejidad, de intervenciones quirúrgicas y tratamientos, pasarán a dar a los pacientes una alta médica temprana. El resto de la recuperación se llevará adelante en el hogar, lo que para un sistema de salud al límite, es un alivio a la par que reduce costos y evita contagios y enfermedades intrahospitalarias. En sintonía, el 2022 traerá soluciones para el manejo inteligente de la información clínica y su optimización a partir de la Inteligencia Artificial, el siguiente paso.
Por Tomás Piqueras, CEO de CSH.
por Tomás Piqueras
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