La frase “Joy Of Missing Out” puede ser traducido como la “alegría de perderse las cosas” y sintetiza una respuesta a la presión de estar constantemente al día con cada evento, novedad, tendencia o experiencia social, que surge en el contexto cotidiano y en redes sociales. El JOMO, iniciales del concepto, surge como un fenómeno que invita a la reflexión.
Se propone abrazar la desconexión intencionada y disfrutar de los beneficios de estar ausentes de ciertos momentos, en vez de sentir ansiedad por no participar. La propuesta es una contrapartida al “miedo a perderse algo”, conocido como FOMO (Fear Of Missing Out) que ha resonado con fuerza, particularmente entre las generaciones más jóvenes, a través de las redes sociales, el avance virtual y la tecnología digital.
En un estudio de 2013, se señalaba que el FOMO está profundamente arraigado en las necesidades psicológicas de pertenencia y autoafirmación. Esta sensación se exacerba cuando la persona observa a sus amigos o conocidos participando activamente en actividades sociales y eventos, manifestando cierta ansiedad. En otra investigación, publicada en Computers in Human Behavior, se consideró que el uso excesivo de las redes sociales está estrechamente relacionado con efectos negativos, como la baja autoestima y la ansiedad.
La escritora canadiense Christina Crook, en su libro de 2014 "The Joy of Missing Out: Finding Balance in a Wired World", manifestó la idea de que no estar presente o “perderse algo” no solo es aceptable, sino que puede convertirse en una fuente de satisfacción y bienestar personal.
Oliver Serrano León, director del Máster de Psicología General Sanitaria y profesor del Grado Online de Psicología en la Universidad Europea de Canarias, explicó: “Optar por el JOMO en lugar de sucumbir al FOMO tiene una serie de beneficios tangibles que pueden mitigar los efectos adversos del uso excesivo de las redes sociales. La constante comparación con los demás generada por el FOMO puede llevar a sentir que la propia vida es insuficiente o menos gratificante. El JOMO permite liberarse de esta presión”.
“Al desconectarse del ruido externo, las personas pueden reenfocarse en sí mismas, lo que fomenta la autoexploración, el desarrollo personal y una mayor claridad sobre lo que realmente importa en sus vidas. El tiempo libre y la tranquilidad permiten que la mente se relaje y divague. Diversos estudios han demostrado que el “aburrimiento” o la desconexión pueden ser catalizadores de nuevas ideas. Al optar por el JOMO, las personas tienden a priorizar los encuentros cara a cara y las conexiones significativas sobre las interacciones, a menudo superficiales, on-line”, destacó el experto español al portal The Conversation.
Según el profesional, algunas formas de integrarlo incluyen las siguientes pautas: definir horarios específicos para revisar las redes sociales o responder a mensajes; usar solo aquellas plataformas y herramientas tecnológicas que agreguen valor y dedicar tiempo a actividades que nutran el bienestar físico y mental.
por R.N.
Comentarios