La intersección entre las calles Guipúzcoa y Joaquín Núñez alberga la primera sucursal de la marca Morelia fuera de la ciudad de Buenos Aires. La zona, revitalizada en el último año y medio, ha sido elegida por varias firmas gastronómicas -como García y Pecana- para la instalación de nuevas sedes.
La casa de estilo fue reformada sacrificando el jardín exterior para ganar metraje. El interior aséptico se colorea con un paño de pizarra, hermosas lámparas retro y una ajetreada barra que gobierna el pulso del servicio. Destaca la recepción del cliente a cargo de una “hostess”, un puesto de vital importancia comúnmente suprimido en los restaurantes de la ciudad. Su misión: controlar las reservas, asignar las mesas y recibir al cliente.
El restaurante, caracterizado por las pastas caseras y las pizzas a la parrilla, cuenta con una amplia propuesta gastronómica. Entre las entradas hay algunos platos originales como el Faina mar y tierra con langostinos envueltos en panceta, textura de tomates, crema de hinojos y rúcula, o la lograda burrata con jamón crudo, rúcula y texturas de tomate –incluyendo cherry, seco rehidratado y tomate fresco de temporada. La propuesta se completa con un amplio surtido de empanadas y ensaladas.
Para los platos de cocina se recurre a algunos reiterativos consolidados como la milanesa de lomo, el bife de chorizo y la pechuga de pollo grillé, integrando tintes originales con los “rolls” de lomo rellenos de vegetales salteados con reducción de soja y puré de papas perfumado con wasabi y el salmón grillé en costra de sésamo con crema de zanahorias al curry.
La propuesta de pastas caseras apuesta por las masas al huevo con rellenos sabrosos y bien ejecutados, destacando la pasta rellena de mozzarella ahumada y champiñones con salsa rosa y pesto.
No faltan los ñoquis -en dos versiones-, en los que destaca la combinación de sabores, aromas y texturas de los ñoquis de papa con crema de hongos, perfume de trufas y escamas de parmesano.
Los más tradicionales encontrarán cobijo en los spaguetti con langostinos salteados, ajo, perejil y un toque de fileto y los penne arrabiata con bocconcinos de mozzarella, perejil fresco y fileto con ají picante.
Las pizzas a la parrilla se ofrecen en tres tamaños. Las diecisiete propuestas clásicas van desde la cuatro quesos a la caprese pasando por la napolitana y la margarita. Complementan cuatro pizzas especiales, destacando la de tomates caramelizados, boccocinos y rúcula y la de cebollas confitadas, queso brie, pasas y nueces. Las pizzas en Morelia son un producto logrado. Se sirven finísimas y con la justa cantidad de ingredientes, evitando sobrecargar la liviandad de la masa.
Para los postres, se recurre a clásicos como el volcán de chocolate, el panqueque con dulce de leche y el marquise de chocolate. El servicio es correcto. Sin embargo, la carta de vinos –reducida en la selección de bodegas-, urge de una mayor apuesta por la riqueza de caldos de carácter nacional.
VINOS
ALTA RESERVA ARINARNOA 2017. Giménez Méndez. Las Brujas, Canelones.
Nueve meses en barricas de roble francés y americano. Cepa resultante del cruce genético entre Petit Verdot y Merlot. Tonos rojos violáceos. Fresco. Aromas a arándanos y especias. Marida con matambre de ternera al horno marinado. Precio sugerido: $ 365.
ALTA RESERVA CABERNET SAUVIGNON 2015. Giménez Méndez. Las Brujas, Canelones.
Siete meses en barricas de roble francés y americano. Tonos rojo cereza. Aromas a frutos rojos, madera y pimienta. Suave, redondo y armónico. Marida con rigatoni con brócoli, ajo y ralladura de limón. Precio sugerido $ 365.
ALTA RESERVA TOURIGA 2015. Giménez Méndez. Las Brujas, Canelones.
Nueve meses en barricas de roble francés y americano. Tono rojo intenso. Notas frutales y florales. Equilibrado con matices especiados. Marida con moussaka de berenjenas acompañada con focaccia al romero. Precio sugerido: $ 365.
por Alva Sueiras
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