La célebre frase «Es la economía, estúpido» fue importante para que Bill Clinton ganara la elección presidencial en 1992, derrotando a George Bush (padre), que parecía imbatible. Sus asesores le aconsejaron que se centrara en lo que la gente sentía como necesidades más inmediatas. La situación hoy no es esa, porque la economía en ese país está muy bien y los demócratas pueden mostrar datos positivos en materia de crecimiento, empleo y bienestar. Pero el problema está en lo que perciben como creciente desigualdad.
Estados Unidos está en el segundo lugar de los países más desiguales. El panorama en el mundo no es alentador. Según informes de Naciones Unidas más de dos tercios de la población mundial está a merced de una mayor desigualdad de los ingresos y de la riqueza. Eso es lo que lleva a que surjan liderazgos ultras que gozan de la aceptación de los votantes, en diversos países, con la consolidación de las ultraderechas, en Italia, Francia, Alemania y otras naciones, por ejemplo.
Los políticos que buscan ganar votos, como Trump, agitan distintos fantasmas, como la inmigración, que no se corresponden con la realidad. Es lo que comentó Henry Flores, profesor de la St. Mary’s University (Texas). Agregó que Trump tiene 78 años y está sufriendo de un tipo de demencia que se evidencia en sus presentaciones, que no tienen una organización, una estructura razonable y ya se habla que si gana la elección es posible que tenga que asumir su vicepresidente, J. D. Vance, un ex disc jockey que tampoco parece demasiado confiable.
El especialista norteamericano participó en una actividad junto con el historiador y analista Rosendo Fraga, quien dio una charla en la Fundación Borges sobre el concepto de patria en el autor de “El aleph”.
Antes debatieron sobre los comicios en Estados Unidos abordando la expectativa sobre qué va a pasar con la democracia de los Estados Unidos. Fraga también planteó duros interrogantes, señalando que hay un proceso que se inicia en 2016 a nivel global, con el Brexit en Gran Bretaña. “Los anglosajones fueron en los últimos tres siglos el factor de equilibrio a nivel mundial. Derrotaron a Napoleón, a los imperios centrales en la Primera Guerra Mundial, derrotaron al Eje en la Segunda Guerra y luego a la Unión Soviética, en la guerra fría. Entonces el gran dato nuevo es que por primera vez el populismo como cultura política ha penetrado en el mundo. Si triunfa Trump en Occidente se va a reforzar este giro. Si es derrotado, se va a interrumpir, no retroceder”, afirmó.
Esto sucede en un escenario en el cual la sociedad estadounidense está más dividida desde la guerra civil, mientras Trump que apela al patriotismo de sus correligionarios. En este contexto la batalla está más en el campo de la desigualdad que en los datos de la economía. El lema de la Revolución francesa «Libertad, igualdad, fraternidad» sigue vivo. No habrá que olvidar la “igualdad” si no se quiere caer regímenes napoleónicos que hacen resurgir los populismos.
*Fernando Flores es sociólogo, periodista, escritor, vicepresidente de la Fundación Borges y director del Foro Ecuménico Social.
por Fernando Flores Maio
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