Monday 16 de June, 2025

POLíTICA | 20-05-2025 20:02

Manes patea el tablero de la UCR y va por el armado propio

Entre críticas éticas y guiños al progresismo bonaerense, los Manes se apartan del radicalismo y buscan construir un nuevo centro político.

La fractura se volvió inevitable. Con una carta de renuncia cargada de reproches al liderazgo de Martín Lousteau y a la dirección nacional de la Unión Cívica Radical, Gastón Manes formalizó su salida de la presidencia de la Convención Nacional del partido. En paralelo, su hermano, el diputado nacional Facundo Manes, se prepara para lanzar este viernes en Tigre su nuevo espacio político, con epicentro bonaerense y orientación aperturista. El proyecto apunta a construir un polo propio por fuera de la UCR tradicional y ya empezó a tender puentes con sectores del peronismo no kirchnerista, entre ellos el intendente local Julio Zamora y el exministro Florencio “el Flaco” Randazzo.

La salida de los Manes marca un punto de inflexión en la crisis que atraviesa el radicalismo, y que tuvo su expresión más reciente en la humillante derrota electoral que sufrió el sector de Lousteau en la Ciudad de Buenos Aires: la lista encabezada por Lula Levy, impulsada por Evolución Radical, no llegó al 3% de los votos y quedó fuera de la Legislatura porteña. Fue el golpe de gracia a una conducción que, según los Manes, perdió el rumbo, el pensamiento estratégico y la vocación de construir un proyecto nacional con identidad propia.

“En lugar del ‘nadie se salva solo’, ha primado el ‘sálvese quien pueda’”, escribió Gastón Manes en su carta, enviada tanto al presidente del partido como a la militancia. Y agregó: “Lo que alguna vez fue una comunidad de pensamiento y acción, se ha visto reducido a una suerte de confederación de posturas provinciales, cada uno con sus urgencias, sus lógicas locales y sus pactos circunstanciales. No ha primado una voluntad que exprese lo que alguna vez fuimos: un partido de ideas, no de circunstancias”.

Zamora y Manes

La renuncia no fue tomada “con liviandad ni despecho”, aclaró el abogado y exconvencional. Pero sí con la “tristeza lúcida” de constatar que aquello por lo que había trabajado durante años —una UCR con voz nacional, pensamiento orgánico e identidad común— se había desdibujado ante una realidad centrífuga, donde cada dirigente atiende su juego. “Renuncio porque soy fiel a mis principios, no a los cargos”, sentenció, marcando con claridad el tono ético que pretende imprimirle al nuevo proyecto.

En este clima, Facundo Manes se propone capitalizar el desencanto tanto dentro como fuera de la UCR. La presentación formal de su espacio se hará en Tigre, un distrito que resume parte del nuevo mapa político que empieza a delinearse en la provincia de Buenos Aires. Allí, el intendente Julio Zamora —históricamente ligado al peronismo— representa una de las figuras con las que Manes buscaría articular una alianza que trascienda la lógica kirchnerismo-antikirchnerismo. También aparecen en el radar dirigentes como Randazzo, con quien el neurocientífico ya ha mantenido conversaciones en el pasado, e incluso sectores del socialismo bonaerense.

El objetivo, en palabras del propio Facundo Manes, es “reconstruir el centro político” con una mirada moderna, republicana y enfocada en los desafíos del siglo XXI: educación, ciencia, salud mental y desarrollo con equidad. Para eso, entiende que no basta con disputar internas partidarias sin reglas claras ni horizonte común. “La política no puede seguir discutiendo cargos, debe volver a discutir ideas”, repite en cada presentación pública.

Manes y Schiaretti

El nuevo espacio aún no tiene nombre definitivo, pero se perfila como un frente amplio bonaerense con proyección nacional. Apunta a recoger el voto desencantado con la polarización, ofrecer una alternativa a la decadencia del sistema de partidos tradicionales, y reactivar la representación de sectores medios y progresistas hoy huérfanos de referencias nítidas.

Con este paso, los Manes no sólo marcan su ruptura con Lousteau y el esquema de poder de Evolución Radical, sino que también abren una ventana hacia una eventual reconfiguración del mapa político argentino. En tiempos de realineamientos, crisis de representación y desfondamiento ideológico, su movida podría convertirse en un catalizador para una nueva coalición de centro no contaminada por la vieja grieta.

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por R.N.

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