★★★★★ Esta película notable y divertida, perversa e irónica, no se estrenó en nuestro país. Es la historia de un juego de realidad virtual al que se accede con una especie de aparato que se conecta a un orificio humano, algo que se parece mucho a un animal o a un sexo. En ese mundo se viven aventuras apocalípticas, pero aquí no hay una ciencia ficción “a lo Matrix” sino hiperreales, de hecho absolutamente surreales, como corresponde a la verdadera definición del término. Por cierto el juego funciona mal, o un poco mal, o algo así. Y los niveles de “juego en el juego” se multiplican hasta el caos, pero en lugar de la confusión que generaría un Christopher Nolan con esto o con la necesidad de “explicar”, Cronenberg sigue a sus personajes, se ríe de los absurdos y crea una historia densa y poética, con el sesgo de la materialidad pura (vean un arma hecha con huesos de pollo, por ejemplo). Una genialidad.
por Leonardo D’Espósito
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