Quién es el empresario que denunció por primera vez al valijero K José López

Jorge Marcolli tiene 61 años y se dedica a hacer mensuras en San Fernando del Valle de Catamarca. Pero años atrás tenía una empresa constructora y el deseo de ser parte de las obras públicas que se realizaban en su provincia. Sin embargo, según denunció, haberse negado a los constantes pedidos de coimas de los funcionarios K, incluso del ex secretario de Obras Públicas José López, lo obligaron a quebrar.

En el 2016 se animó a recurrir a la Justicia, pero su caso pasó sin pena ni gloria. Sólo faltaba una vuelta de tuerca para que el destino le diera el lugar que merecía a su historia: la aparición de los cuadernos de Oscar Centeno y el corrimiento del velo al mecanismo de pedido de coimas del kirchnerismo.

“Estaba en mi casa cuando vi lo que decían de la recaudación con la obra pública. Le dije a mi mujer que eso me había pasado a mí”, le cuenta a NOTICIAS el primer denunciante de las coimas K.

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Marcolli asegura que López lo recibió en su despacho en el año 2004. “Me dijo que si no depositaba los porcentajes necesarios, un 3 por ciento del total, no tenía posibilidad de ejecutar ninguna obra. Me maltrató. Y yo soy un hombre vehemente, reaccioné y me hizo sacar con la Policía Federal”, dijo en el canal de noticias TN.

“Participé de muchas licitaciones, pero quien estaba a cargo de la Cámara de la Construcción, Rubén Dusso (actual ministro de Obras Públicas de Catamarca), me ponía trabas”, aseguró Marcolli. Y completó: “Estos eran atorrantes que administraban los fondos nacionales en la provincia de la mano de Bombón Mercado, el cuñado de Néstor Kirchner”.

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“Yo no quería sobornar a nadie para trabajar. Me exigían un porcentaje de las obras para adjudicármelas. Yo no acepté y por la fuerza me metí en el sistema. Pero me rechazaron las obras”, dijo Marcolli, quien denunció a López una década después de la reunión. Tenía cierto temor de meterse con lo más alto del poder, pero verlo al ex secretario de Obras Públicas arrojando bolsos repletos de dólares al convento lo envalentonó. “Es que ese atorrante nos imposibilitó todo”, le dijo a su familia antes de presentarse en el juzgado.

Tuvo amenazas, aunque asegura que ya no tiene miedo. “Hasta este día la Justicia no hizo caso a mi denuncia”, pero confía en que, con lo que está pasando en Comodoro Py, se pueda reactivar. “Yo estoy dispuesto a declarar si así lo requieren”, asegura mientras espera.