Los caminos del Señor son insondables, dice la Biblia para dar consuelo a lo inexplicable. Aunque a veces más bien parecen caprichos del infierno. Si es que existe, no hay duda de que ahí, ahora mismo, está ardiendo por toda la eternidad Arquímedes Puccio. Si no, no quedará otro remedio que rendirse ante la terrenal evidencia y aceptar el mal chiste de que, finalmente, logró lo que quería: que la posteridad lo recordara, ser famoso y escapar al olvido. Este año, un libro, una serie y una película inscribirán su nombre en la memoria de todos: el clan Puccio.
Para aquellos a los que, todavía, no les suena el caso, recordemos que los Puccio eran una familia de clase media aparentemente “normal”, de San Isidro, integrada por Arquímedes (padre, contador, comerciante), Epifanía Ángeles Calvo (madre) y cinco hijos: Alejandro (jugador de rubby en el CASI y en Los Pumas), Silvia, Daniel “Maguila” (también jugador pero con menos condiciones), Adriana y Guillermo. Entre 1982 y 1985, el “clan” secuestró y mató a los empresarios Ricardo Manoukian, Eduardo Aulet y Emilio Naum. La última secuestrada que logró escapar con vida fue Nélida Bollini de Prado. Arquímedes y Alejandro fueron condenados a perpetua. Daniel, que solo participó del cuarto y último secuestro, estuvo prófugo, su causa prescribió y está libre. A Epifanía no pudieron probarle la complicidad y los otros hijos no fueron involucrados. Después de 23 años de prisión, el padre salió en libertad condicional en el 2008, vivió en la casa de un pastor evangelista en General Pico y murió en el 2013 a los 82 años. No pudo ver a su hijo Alejandro que falleció ese mismo año, también con libertad condicional desde el 2007, a los 49.
Es el único caso en el mundo en que los secuestros extorsivos se realizaban en la casa de una familia donde la vida cotidiana parecía rodar como en la de cualquier buen vecino. No era raro que escritores, productores y cineastas se sintieran atraídos por esta historia.
La serie y la película. Los nombres empezaron a escucharse desde el año pasado y nadie sabía quién se iba a quedar con el título. Finalmente, el dato confirmado es que, por un lado, el 13 de agosto se estrena “El clan”, la película de Pablo Trapero protagonizada por Guillermo Francella y Peter Lanzani (como Arquímedes y Alejandro), y producida por el mismo equipo que “Relatos salvajes”, de Damián Szifrón: Kramer & Sigman, Telefe y El Deseo, la productora de Pedro y Agustín Almodóvar, más el apoyo del INCAA y la distribución de Fox.
Por otro, la serie de 13 capítulos producida por Sebastián Ortega (Underground) y dirigida por su hermano Luis, se llama “Historia de un clan” e irá una vez por semana, a partir de septiembre. Los intérpretes son Alejandro Awada y el “Chino” Darín en los roles principales, más Cecilia Roth como Epifanía. La serie ganó el concurso para series de tevé del INCAA y cuenta también con el soporte de Telefe, el canal donde se emitirá en el último horario nocturno ya que su contenido no es precisamente para niños. Es decir, ambas ficciones coinciden en el sostén del INCAA y de Telefe.
Tanto a Trapero como a Sebastián Ortega les interesa hace años el abordaje del tema Puccio. Si bien en un principio el director de “Mundo grúa” y “Elefante blanco” quiso sumarse al proyecto de Ortega, después cada uno terminó haciéndolo por su lado con proyectos diferentes. ¿Cuál se estrenaría primero? ¿La serie televisiva o la película? Originalmente, el estreno del film se pensaba realizar en concordancia con Cannes, en mayo. Sin embargo –Trapero es uno de los niños mimados del festival francés–, no logró ser seleccionado para ninguna de sus secciones oficiales. Entonces, para definir como no pisarse en su propio país, se reunieron representantes del INCAA (presidida por Lucrecia Cardoso) y Telefe más Trapero y Ortega, y resolvieron –con bastante resoplidos por el lado de Underground– que la película iría primero. ¿Razones? Hay menos gente que paga una entrada para el cine que la que ve tele en su casa. Por lo tanto, mejor era instalar al clan Puccio de esa manera.
Guionistas de la actualidad. “Es una historia muy fuerte, paradigma de tiempos extremos, los del final de la dictadura argentina y la Guerra de las Malvinas. La clase media alta está frecuentemente idealizada, y habitualmente es normal para ellos tomar decisiones sobre los demás. Mi retrato será sobre las bambalinas de esta familia y su negocio”, dijo Trapero, director y guionista de la película, a la revista “Variety”.
¿Por qué esta historia puede atrapar la atención del público? “Tiene todos los condimentos como policial y por los vínculos familiares. Es muy atractiva la historia de Alejandro, uno de los hijos, un auténtico antihéroe: lo tenía todo y lo perdió todo”, dicen Javier Van de Couter y Martín Méndez, equipo en el que también colaboró el escritor Pablo Ramos.
La tarea de los libretistas fue ficcionalizar una historia conocida en los hechos pero de forma lineal. “Preferimos decir que la serie está inspirada en la realidad porque imaginamos diálogos, profundizamos cómo podían ser esas relaciones afectivas. Luis Ortega quiso mostrar esas ambigüedades, luces y sombras. Arquímedes es un monstruo pero hay también una vida familiar, hay humor, ironías, detalles cotidianos”, dicen los autores de la serie. Para Van de Couter, es probable que al ser una historia de clase media, con jugadores de rugby, bien aspiracional, provoque mayor curiosidad que si tratara de crímenes en una villa miseria. “Tratamos de entender la lógica de la maldad”, agrega Méndez.
Experto en desentrañar esas lógicas, el periodista de policiales Rodolfo Palacios es el autor de “El clan Puccio. La historia definitiva” (Planeta) y parte del equipo autoral de la serie de Underground. Su trabajo comenzó en el 2011 con una nota telefónica a Arquímedes Puccio que publicó la revista “El Guardián”. Convocado primero por Kramer & Sigman, finalmente confluyó con el grupo Ortega. En paralelo, la investigación para la serie empujó el proceso de completar el libro para el cual entrevistó a familiares y miembros del clan, parientes de las víctimas y abogados, además de papeles judiciales y de prensa. La investigación para el film fue realizada por Carolina Agunin, productora de Kramer & Sigman, y está basada en el expediente y las charlas con el hermano del asesinado Guillermo Manoukian.
En el libro, Palacios cita lo que dijo Puccio antes de morir cuando se enteró de que su vida llegaría a las pantallas: “Supe del tema por lo que salió en los diarios. Si van a hacer una película que cuenten la verdad. Que no compren lo que salió en la prensa y lo que sentenciaron los jueces, que eran unos gorilas bárbaros”. Sin duda, será en estas esperadas ficciones, imaginadas por artistas, donde aparecerá esbozada con más precisión que la de los jueces, una teoría sobre la maldad, el tópico que nunca pierde vigencia.
por Leni González
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