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SOCIEDAD | 24-12-2015 11:46

Estilo Cambiemos: qué hacer para ser un "it" en esta etapa política

La cultura macrista impuso nuevos códigos en la moda, la gastronomía y el esparcimiento.

Globos y papeles de colores se diluyen en un mar de gente extasiada. Arriba del escenario, Mauricio Macri festeja su triunfo. De camisa celeste impecable, y pantalón de gabardina color caqui despliega su “bailecito” agitando sus manos arriba y abajo, y moviéndose hacia los costados, como si estuviera en una bailanta. De fondo suena Gilda, su cantante preferida y antes, se había escuchado Tan Biónica. A su lado, Gabriela Michetti canta al compás de la cumbia enfundada en un conjunto de camisa y pantalón de crepe de “María Cher” de un valor de 4.400 pesos. Una mezcla entre gustos masivos y cool que se convirtieron en el sello propio de Cambiemos. Hoy, con la llegada del macrismo al poder, esto supone la irrupción de una nueva cultura donde conviven la sencillez con marcas de diseñadores top; el sushi con el grillé; las vacaciones junto a la reina Máxima en Villa La Angostura y un descanso en Tandil; el budismo y el gimnasio. Gustos y fetiches de un estilo que busca imponerse.

Toda cultura tiene sus referentes, un dress code y un manual de costumbres, y tal es el caso del estilo “Cambiemos”. En él quienes más imponen tendencia son el matrimonio presidencial conformado por Mauricio Macri (56) y Juliana Awada (41); el electo jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta (49) y su mujer, la wedding planner Bárbara Diez (46); su hermano Augusto Rodríguez Larreta y su mujer, la productora de moda Julieta Spina (35), y el vicejefe de gobierno porteño Diego Santilli (48) y su mujer, la modelo Analía Maiorana (41). Además, con una impronta más política, Gabriela Michetti (50), y la gobernadora electa por la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal (42) aportan lo suyo.

Tanto hombres como mujeres se destacan por un look más bien austero, clásico y sencillo. Sin dejar de lado lo sofisticado. El máximo referente en cuanto a estilo es Juliana a quien definen como elegante y sexy. Suele usar ropa práctica: camisas, jeans, y chatitas o zapatillas. Sus colores preferidos son los neutros: tonos camel, grises, azules, y los clásicos blanco y negro. Viste marcas nacionales como Awada, El Camarín, (de su cuñada Yanina Solnicki, mujer de su hermano Daniel), Roma Renom, Marcelo Giacobe y Ménage À Trois. La asesora de imagen Matilda Blanco, la define como “una mujer versátil que no necesita estridencias. Es la elegida de las argentinas. Tiene un look que no tiene edad”.

Diez, Spina y Maiorana le siguen los pasos a Juliana en cuanto al estilo austero y chic. Ellas prefieren diseñadores como Pablo Ramírez que se destaca por el predominio del negro en sus prendas. También usan de la firma internacional Diane von Fürstenberg los little black y los wrap dress, o vestido cruzado, entallados y ceñidos en la cintura con la ayuda de un cinto.

Mujeres políticas. Como si la sencillez de las “awadistas” no fuera suficiente, Vidal cultiva un perfil aún más discreto. Ella fue cambiando su look a lo largo de los años, que incluyó una asesoría con el diseñador Carlos Di Doménico y una dieta hipocalórica que le permitió bajar 17 kilos. Hoy en su guardarropa también predominan los jeans y las camisas. “Tiene un look que te dice ‘manos a la obra. Más masculino’”, opina Blanco. Además, usa muy poco make up y se retoca ella misma.

En todo movimiento hay un rebelde, y en el caso de las chicas de Cambiemos, lo es Gabriela Miche-tti. La futura vicepresidenta es de las pocas que se animan a las estampas y los colores. Sin ir más lejos, el domingo 22 se mostró con un diseño de camisa y pantalón de crepe a rayas coloradas y verde inglés de María Cher, una de sus marcas predilectas.

En el caso de los hombres, el look también es clásico y discreto. Bien British. Predominan las camisas y los pantalones de vestir entallados. Y la corbata está prohibida. Awada no sólo influyó en el estilo de las mujeres, sino también en el de su marido, quien años atrás solía llevar trajes marrones y naturales. Ahora, en cambio, elige los azules y las camisas celestes. De hecho, hace algunos meses hizo una inversión en este fetiche y se compró 10 trajes y 10 camisas. Otro detalle que eliminó a partir de su relación con Awada fue el bigote.

Quien más rompe los límites en cuanto al estilo es Augusto, que luce más relajado y canchero a la hora de vestir y suele recurrir al jean entallado y a las zapatillas Converse All Star.

El manual de costumbres Cambiemos incluye además actividades físicas, lugares de recreación y tiempo libre, música, vacaciones, y por supuesto, un lugar de pertenencia. Tal es el caso de Barrio Parque, el exclusivo vecindario ubicado en la avenida Figueroa Alcorta, entre Tagle y San Martín de Tours. Si bien allí solo viven Macri y Awada, desde hace más de una década e incluso antes de conocerse, el círculo de amigos y funcionarios del Presidente electo, suele rondar esa exclusiva zona porteña.

De esta forma puede verse a Macri junto a Horacio y Augusto Rodríguez Larreta, y sus respectivas familias, cenando en el restaurante Dashi del ex Museo Renault, donde se destaca la comida asiática y por sobre todo el sushi. Pero Macri también es habitué de otros restó de la zona como Dandy Bar & Grill, el café Rond Point de Alcorta y Tagle, el Café des Arts del Museo de Arte Latinoamericano (MALBA) y el exclusivo bar Pony Line del Four Seasons. Después de todo, el Presidente electo cena afuera al menos tres veces por semana.

Los platos preferidos de la tribu Cambiemos son la comida saludable y los platos gourmet. Pero la debilidad de Mauricio son las milanesas con papas a caballo y la pizza que le hace su madre, Alicia Blanco Villegas. Mientras que Juliana, durante los fines de semana, se da ciertos permitidos como el choripan y el asado. La harina es su debilidad, y sobre todo el pan con manteca. A la hora del postre, el matrimonio coincide en sus gustos: mueren por los panqueques con dulce de leche.

A transpirar. Para evitar los kilitos demás, la pareja suele ejercitarse en el gimnasio “Ocampo Wellness Club”. Lo hacen desde hace años. De hecho allí fue donde nació el amor, entre bicicletas fijas y escaladores. Mauricio y Juliana compartían a Aldo, un personal trainer, y entre rutina y rutina, se cruzaron sus miradas. Hoy, tras cinco años de matrimonio y una hija, Antonia (4), el gimnasio sigue siendo un lugar de encuentro. Aunque ella hoy prefiere la natación, y él una rutina de entrenamiento más suave que combina tenis, fútbol y yoga. Todo comenzó en el 2013 gracias a su “hechicera”, tal como llama Mauricio a Juliana. Ella fue quien lo acercó al mundo espiritual, la meditación y el budismo. Empezó con clases de yoga una vez por semana hasta que conoció el “dharma”, una filosofía de autoconocimiento que consta de la utilización de cuencos tibetanos y gongs que se aplican en el cuerpo para que el sonido de ellos produzca una ondas que, en teoría, ayudan a liberar los chakras. De esta forma, se logran poner en armonía estos siete puntos de energía, y así conectar el alma. Esto, a la vez, lo complementa con lecturas de hasta dos horas.

Meditar. Algo similar sucedió con Horacio, quien luego de ser internado en el 2014 tras una descompensasión, comenzó a leer “El poder del ahora”, de Eckhart Tolle. Una guía para la iluminación espiritual que propone dejar a un lado el ego, y concentrarse en el presente, para conectarse con la esencia del ser.

Pero cuando ni la meditación ni el yoga son suficientes para desestresarse de la agitada vida de ser un influyente de Cambiemos, qué mejor que unas vacaciones lejos de Buenos Aires. Algunos de los destinos elegidos por Mauricio son Tandil, su pueblo natal, donde disfruta de jugar al golf, y Villa La Angostura, en Neuquén, al que Juliana define como su lugar en el mundo. Allí en la Patagonía, el matrimonio es habitué del exclusivo “Cumelen Country Club”, a unos10 kilómetros del centro de La Angostura, y su acceso principal está a metros de las pistas de esquí del Cerro Bayo. Está rodeado de bosques y montañas. Antonia juegan cada verano allí con las hijas de Máxima Zorreguieta. Quien también elige el sur es María Eugenia Vidal, que suele descansar en Bariloche, y de una manera completamente más austera. Allí se dedica a hacer largas caminatas.

Michetti, la otra figura femenina del PRO, elige en cambio las playas de Punta del Este, al igual que otros funcionarios como Horacio Rodríguez Larreta. Aunque en otras ocasiones, el jefe de Gobierno prefirió las playas de Miami para descansar junto a su mujer Bárbara y sus hijas Manuela (19) y Paloma (13).

“La particularidad de Cambiemos es que añade un componente nunca usado en la política como es la alegría. Esto explica los globos, los papelitos y la música. Tiene que ver con una fiesta”, explica el consultor político Raúl Aragón. Y si de fiestas se trata, nadie mejor que Cambiemos para elegir el lugar indicado para trasladarlas del búnker al boliche. ¿El preferido? “Asia de Cuba” en Puerto Madero, donde el domingo 22 concluyeron los festejos del triunfo electoral. Aunque otros de los elegidos son “Caix” y “Pachá”, en Costanera, donde predominan los ritmos de la electrónica, en especial del DJ David Guetta. Pero no todo es jolgorio en la vida de Macri, quien también imitar a Freddie Mercury y casi se ahoga con un bigote postizo. Nadie dijo que fuera fácil ser un chico Cambiemos, y esto, sin dudas, es tan sólo el comienzo.

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