Cuando alguien escucha o lee “Dakar”, probablemente lo asocie a una carrera muy difícil, o lo relaciona con una capital de un país africano, sin recordar bien que se trata de Senegal. Esta es la marca registrada que logró captar el rally más importante y peligroso del mundo. Es el primer evento deportivo importante del año, en su trigésimo octava versión de la competencia, la octava vez que se hace en suelo argentino en donde los competidores recorrerán 9300 kilómetros. Un verdadero desafío.
Carrera. Para esta edición el trayecto estará repartido entre Argentina y Bolivia. Primero estan las verificaciones técnicas de los vehículos, el 31 de diciembre. El 2 de enero los participantes pasan por el podio ubicado en Tecnópolis, y a partir del 3 arranca la carrera que transitará en total diez provincias argentinas: Buenos Aires, Córdoba (Villa Carlos Paz), Santiago del Estero (Termas de Río Hondo), Jujuy. De ahí pasará a Bolivia (Uyuni), luego regresarán al país por: Salta, Tucumán, Catamarca (Belén), La Rioja, San Juan y cerrará en Santa Fe (Rosario), el 16 de enero.
Como suele ocurrir, los pilotos tendrán que ir sorteando diferentes relieves con modificaciones en las temperaturas –que oscilan entre los 4 y 45 grados- y en las superficies que podrán ir desde las montañas hasta desiertos, dunas o salinas. En Bolivia los corredores estarán a 4600 metros sobre el nivel del mar. El frío también puede ser un factor: en 2015 el trayecto de Uyuni se realizó con lluvias y fuertes vientos y llegó a hacer 8 grados bajo cero.
Sortear estos factores es un desafío y el error puede, inclusive, costar la vida. No por nada el Dakar ganó la fama de ser la competencia más peligrosa de todas. En 36 años de historia hubo 63 muertes, 24 fueron pilotos y copilotos, el resto lo completan espectadores, ayudantes o periodistas. El dato curioso es que el creador del París-Dakar también falleció mientras se llevaba a cabo una competición al estrellarse con su helicóptero en Malí en 1986.
En esta edición participan 556 pilotos de sesenta nacionalidades divididos en: 110 coches, 143 motos, 46 cuatriciclos y 55 camiones. Argentina es el tercer país con más participantes (13,8%), superado por Francia (15,5%) y Holanda (14,4%). En cuanto al impacto económico del Dakar 2016 será de 150 millones de euros.
Debido a los altos costos, esta carrera no es para cualquiera. Por ejemplo, correr en moto, más la asistencia, pero sin la ayuda de un equipo que lo acompañe –modalidad maratón-, puede costar unos 80 mil dólares. Otro punto a tener en cuenta es la preparación de cada competidor: entrenan doble turno desde marzo, con dedicación full time.
Este año habrá innovaciones que privilegian por un lado la regularidad y resistencia y por el otro, la aptitud para la navegación. Con un formato de largada inédito que se experimentará en el super especial de Fiambalá. Sobre la base de los tiempos registrados el día anterior, las 10 mejores motos, los 10 mejores autos y los 5 camiones más rápidos largarán mezclados, con tres minutos de intervalo. Eso obligará a los primeros autos a abrir la pista casi sin huellas, lo que dará más importancia a los navegantes.
Desafío. Las motos y los cuatriciclos son las modalidades más peligrosas, ya que los corredores van expuestos. En esta ocasión no estarán ni el español Marc Coma –quien ahora se encarga de la organización deportiva del Dakar- ni el francés Cyril Despres, ganadores de las últimas doce ediciones.
Uno de los candidatos a estar entre los primeros puestos es el argentino Javier Pizzolito quien forma parte de Honda y correrá con una CRF 450 modificada que recibió cuarenta días antes de la carrera. “Competir en el Dakar es tocar la cima. Una vez que llegas a la meta sabes que alcanzas el objetivo motor más difícil que existe” le dice a NOTICIAS el corredor, quien buscará mejorar su octava posición lograda en 2013. Y agrega: “El Dakar lo tenes que respetar, si le temes es momento de bajarte porque el miedo te paraliza y te expone a muchos peligros”.
Pablo Pascual es el piloto argentino que más Dakar corrió. No lo hace para una escudería, sino que compite de manera particular. Esto le trae algunas desventajas. Su moto fue preparada y traída en barco desde Francia, porque durante estos años no pudo entrar los repuestos al país y recién la tiene dos días antes de competir.
“En el Dakar nadie está exento de nada, hay partes muy peligrosas en donde se junta el cansancio y el desgaste físico. Vale mucho la experiencia” le afirma Pascual a NOTICIAS, quien forma parte del Cruce por la Educación y en el 2014 recorrió 3100 kilómetros para llevarle más de 60 mil cartas de niños al Papa Francisco.
En cuatriciclos la buena noticia es la vuelta, luego de algunos años de ausencia, de Marcos Patronelli, ganador en el 2010 y 2013; y de su hermano Alejandro, ganador en el 2011 y 2012. Con los coches los candidatos son los corredores de MINI quienes se quedaron con las últimas cuatro ediciones. El último fue el multimillonario príncipe catarí Nasser Al-Attiyah, dos veces campeón del rally, forma parte de una de las familias más ricas de Qatar y hasta tiene una medalla olímpica en otra disciplina totalmente diferente, tiro al plato. Con ese deporte, participó en cinco Juegos Olímpicos y en Londres 2012 se quedó con la medalla de bronce. En el mismo team se encuentra el argentino Orly Terranova, quien obtuvo el quinto puesto en dos ediciones. También forma parte del equipo MINI, Nazareno Cristóbal López, hijo del empresario kirchnerista.
Otro que buscará terminar entre los primeros puestos es el corredor de TC, Emiliano Spataro con un Renault Duster, alistado y mejorado en Sudáfrica. La novedad estará con la participación de Sébastien Loeb, nueve veces campeón del mundo de rally (WRC).
En los camiones los aspirantes al primer puesto siempre son los equipos rusos, quienes desde el año 2000 dominan la categoría quedándose con doce competencias.
por Ezequiel Perticari
Galería de imágenes
Comentarios