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SOCIEDAD | 24-02-2016 00:00

El hermano de Rodríguez Larreta, payamédico

Mariano (46), el benjamín de la familia del jefe de gobierno porteño, recorre hospitales con su grupo Sanarizes para hacer reír. Le dicen "Carbón".

Detrás de la típica nariz roja de payaso y las pelucas se esconden rasgos familiares. Aunque los pacientes de los hospitales no lo sepan, el “payamédico” que hace chistes y morisquetas porta un apellido muy conocido para todos los porteños. Ese Patch Adams local que responde al nombre artístico de “Carbón”, se llama en realidad Mariano y es el hermano menor del jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta (50).

A pesar de ser técnico en comunicación y marketing, Mariano decidió no continuar el camino familiar ligado a la política que sus dos hermanos mayores sí siguieron. Porque mientras Horacio se convirtió finalmente en el sucesor de su amigo Mauricio Macri al frente de la Ciudad y Augusto (48) acaba de asumir como vicepresidente del Banco Provincia, el tercero de la dinastía Larreta optó por alejarse de ese mundo y volverse clown.

“Te cambia la vida”, reconoce el propio Mariano sobre su labor y, aunque no reniega de su apellido y sus contactos, prefiere mantener el perfil bajo. “No quiere que se mezcle su actividad con la política”, explica uno de los voluntarios que recorre los hospitales junto a él.

Su nombre artístico, “Carbón”, es una derivación del apodo familiar que lo acompaña desde chico, “Negro”. La transformación ocurrió luego de un quiebre que el propio Mariano reconoce: “Venía de un estado de dolor, de separación e intenté buscar algo que me haga bien y que dependa sólo de mí. Una actividad que me llene”. Esta búsqueda resultó en la creación, en el 2012, del grupo de “payamédicos” Sanarizes. “Siempre me encantó el humor y también siempre tuve ganas de hacer algo solidario, y buscaba algo que pueda fusionar las dos acciones”, resume Mariano.

En la actualidad. Sanarizes presta sus servicios en cuatro hospitales: el materno infantil de Tigre, el central de San Isidro, el de Boulogne y el Pedro de Elizalde (ex Casa Cuna) de Capital Federal. En todos ellos el método de trabajo es similar. Los “payamédicos” voluntarios recorren los nosocomios con su humor y sin ninguna otra retribución más que el afecto de los pacientes. En total el grupo cuenta con una veintena de voluntarios fijos y “afortunadamente cada vez somos más”, confía uno de los integrantes. Ellos mismos, se encargan de aclarar: “No aceptamos bajo ningún concepto ni propinas ni regalos de los pacientes. Sólo le pedimos a cada hospital la disponibilidad de un lugar para cambiarnos y dejar nuestras pertenencias, algún lugar para estacionar y algún vale para el refrigerio posterior a cada visita”.

Vale destacar que si bien Mariano y quienes lo acompañan en las recorridas no son médicos, su actividad está avalada por ley en la Provincia de Buenos Aires. En 2015 el entonces ministro de Salud provincial, Alejandro Collia, reglamentó la presencia de por lo menos un payaso de hospital por nosocomio para ayudar en el tratamiento a los pacientes.

Un voluntario que acompaña a Mariano en las recorridas asegura que el hermano de Rodríguez Larreta “se brinda el ciento por ciento a esta actividad” y destaca: “Realmente se nota que disfruta con lo que hace”. A pesar que tiene línea directa con funcionarios que podrían hacer su tarea más fácil, no quiere ningún tipo de injerencia política ni que la actividad esté ligada a cuestiones partidarias. “Es un proyecto suyo y no quiere que se pueda empañar el trabajo por cuestiones externas”, explican desde el voluntariado. Además, Sanarizes no está inscripta como Organización No Gubernamental, por lo cual sólo se trata de una agrupación que debe valerse por sí misma. “Los gastos crecen. Hoy en día una nariz de payaso está a 25 pesos”, detalla un integrante, que señala que más de una vez, este dinero sale de los bolsillos de “Carbón”.

Los momentos compartidos con los pacientes, además de generar una conexión que muchas veces trasciende el momento del show, son capturados por Mariano a través de crónicas. Estos escritos son subidos a la página de Facebook de Sanarizes y son una manera de despuntar uno de los vicios del “Negro” Rodríguez Larreta: la escritura. Ya en el 2012 había publicado un libro destinado al público infantil, “Los cuentos de Papete”, ilustrado por Coni Cibils.

Una familia unida. A pesar de que no continúa con el legado familiar, los Rodríguez Larreta aprueban la labor social de Mariano y la celebran casi como el triunfo de Horacio en las elecciones para jefe de Gobierno. Tanto Augusto, su hermano, como Dora, la segunda esposa de su padre, suelen mencionar su orgullo en las redes sociales. Él, en tanto, prefiere mantenerse en silencio y rechaza hablar públicamente. Sólo accede a entrevistas para hablar de Sanarizes exclusivamente.

Además de los evidentes rasgos físicos y el fanatismo por Racing, Mariano comparte con su familia tres sociedades. Integra desde el 2007 los directorios de Lana S.A., Cabaña Santa Sergia S.A., y Leloir Hnos. S.A. Las tres compañías se dedican al rubro agropecuario, sector en el que Mariano trabajó además por su cuenta como asesor de comunicación y marketing. Primero en la Sociedad Rural y luego a través de dos emprendimientos propios: Nuevos Vientos y Point.

Actualmente su mayor tiempo lo emplea en Sanarizes, puesto que las recorridas por los hospitales se realizan todas las semanas y en algunos casos, se demoran más horas de lo pensado.

“Ocurren cosas mágicas”, detalla “Carbón”, el Patch Adams argento que tiene nombre y apellido, aunque él no lo quiera mostrar.

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