La pareja termina y la fábrica de excusas parece inagotable. “Yo no sabía”, “prefería no preguntar”, “él me dijo otra cosa” y “me engañó” pican en punta entre las justificaciones. Son las muletillas preferidas de las mujeres que cuando el cuento de hadas choca con la realidad, huyen antes que el príncipe azul caído las arrastre al fondo en su desgracia.
Iliana Calabró, Karina Jelinek y Claudia Villafañe forman el triunvirato de mujeres que supieron ser defensoras acérrimas de sus maridos para luego soltarles la mano cuando la situación se volvió insostenible o cuando la plata comenzó a faltar. “Es muy difícil no saber a qué se dedica la persona con la que vivís. Pero hay personas que eligen no ver. Optan por ver lo que ellas quieren y otras cosas no”, explica la psicóloga Cristina Benchetrit, para quien, en general, este tipo de personas llevan este comportamiento más allá de la vida en pareja y lo emplean en otros ámbitos de la vida.
El master en desentendenderse lo dio Karina Jelinek. Haciendo gala de su aspecto inocente nunca dejó de sonreír mientras confirmaba que ya no era pareja del valijero Leonardo Fariña, que hoy fue el primer arrepentido de la ruta del dinero K. “Nunca me contaba sobre sus negocios porque me decía 'vos no vas a entender'", fue una de las varias explicaciones que dio la sensual morocha ante los medios. El frenesí por desligarse del escándalo fue tal que, en más de una oportunidad, Karina deslizó que Fariña era homosexual y que su matrimonio sólo fue una pantalla mediática ya que no existía intimidad entre ellos.
Para otras, deslindarse de las responsabilidades fue más difícil. Iliana Calabró fue la primera -y la única- que salió a defender a Fabián Rossi, su entonces marido, cuando se lo implicó en la ruta del dinero K. Con el avance de las causas judiciales, Iliana ahora dejó de defender al padre de sus hijos y brega porque la Justicia investigue a fondo. “Me casé con un imprentero que hacía cajas para una bombonería y de pronto lo encuentro en otra situación”, justificó la ex vedette su desconocimiento.
Al contrario que otras, Claudia Villafañe sí estuvo vinculada a los negocios de su marido, Diego Maradona. La implicancia era tal que incluso continuó luego de que la pareja se divorciara en el 2004.
Pero el extraño vínculo se desgastó tanto que acabó en tribunales, donde Diego denunció a la madre de sus hijas. Entre las acusaciones cruzadas, Claudia aseguró: “Mi historia es la historia común de miles y miles de mujeres en un país que apenas está empezando a reaccionar sobre lo que significa la violencia de género, el sometimiento y la humillación”.
Rápido de reflejos, Maradona salió a retrucar: “¿Por qué no me denunció en su momento? Porque le gustaban los tapados de visón y las mejores joyas”, se autorrespondió el Diez, dejando en evidencia que para su ex mujer lo más importante de la relación siempre fue el dinero.
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