“No es que Taína se lanzó al mundo de la moda, para ella este es su ámbito natural. Supongo que el hijo del verdulero juega en la verdulería y Taína juega a ser modelo”, dijo a NOTICIAS Valeria Mazza para defender la producción de fotos que hizo su hija de siete años. Las imágenes de la pequeña reavivaron la discusión acerca de la sobreexposición de los menores y del trato que les da la industria de la moda.
La modelo cuenta que idea de la producción de fotos, que se publicó en revista "Hola", surgió en Milán por parte de una productora amiga que le pidió si podían hacerle unas fotos para una revista infantil y ella accedió porque tanto el diseñador como el fotógrafo eran amigos. “Está lleno de niños que hacen publicidades, es la decisión de cada padre que lo haga o no lo haga”, sostuvo la modelo, quien insiste en que Taína no está comenzando una carrera profesional.
La industria de la moda, donde la juventud es una virtud invaluable, muchas veces convierte a las nenas en bombas sexies en miniatura, como si se tratasen de verdaderas “lolitas”. Para María Teresa Calabrese, psiquiatra especialista en niños y adolescentes, esto no se puede tomar como un juego: “Es una sobreadaptación a un mundo que no es propio de la infancia, es un mundo adulto. Lo que se pretende de estas nenas con el modelaje es que sean modelos, que hagan lo que hacen los grandes”, afirmó.
Valeria, que es la directora del Programa Universitario de Modelos de la Universidad de Palermo, cuenta que el mínimo de edad que aceptan en esa institución es 16 años “porque antes que eso un chico no está capacitado para tener un trabajo, ni de modelo ni el de modelo ni cualquier otro”. En esta línea, insiste en que lo de Taína no es más que un juego: “Es una nena normal de 7 años que va al colegio, estudia comedia musical, hace tenis, natación y otras actividades”.
por Mariana Haramburu
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