Máximo Kirchner está complicado. Y no sólo judicialmente. Es que su trabajo como legislador arroja números en rojo. Cifras que ni siquiera con la ayuda de un Guillermo Moreno manejando las estadísticas en el Congreso podrían dibujarse. Es que el hijo de Cristina Kirchner no tiene una muy buena imagen dentro del Congreso, no sólo por su presente judicial (ver recuadro), sino también por su baja proactividad y participación, lo que lo llevan a encabezar los más polémicos rankings.
Basta con ver los registros oficiales de presentismo hasta el 27 de abril. Allí figura que el hijo de Cristina Kirchner se ausentó tres veces, y asistió sólo dos, del total de cinco reuniones, que comprenden cuatro sesiones, más una asamblea legislativa. Gracias a lo cual obtiene el segundo puesto de los diputados que peor asistencia tienen en lo que va del 2016, luego del ex gobernador de La Rioja, Luis Beder Herrera, que sólo asistió en una oportunidad, y se ausentó cuatro aunque justificadas como licencia (que sucede en los casos en que se presenta enfermedad o viaje particular).
En el caso de Máximo, su primera ausencia se dio durante la apertura de sesiones ordinarias del 1 de marzo. En vez de asistir a la Cámara Nacional de Diputados, donde el presidente Mauricio Macri brindó el discurso inaugural, el hijo de la ex presidenta prefirió escuchar a su tía Alicia Kirchner ante la Cámara de Diputados de Santa Cruz. De hecho, uno de los comentarios más escuchados en los pasillos de la avenida Rivadavia al 1800 es la poca presencia de Máximo en el lugar. Su figura despierta cierto misterio. “No está, ni se lo ve. Sólo va cuando hay sesión”, relatan allegados al massismo.
Es que el hijo de Cristina, a diferencia de su madre, que en sus años como legisladora era tildada de mediática y rebelde, cultiva un perfil bajo y se muestra poco activo. A pesar de que integra cinco comisiones.
Eso se ve reflejado en otro de los rankings que lo desfavorecen: el de los proyectos de ley presentados. Si bien hay más de un centenar de legisladores de distintas fuerzas políticas en la misma situación que Máximo, en la lista son varios los kirchneristas que le hacen compañía. Al igual que Axel Kicillof, Julio De Vido, Carlos Kunkel, Andrés Larroque, y otros 22 diputados de diferentes partidos, el hijo de Cristina no presentó ningún proyecto de ley en los tres meses de lo que va del año legislativo. Aunque sí aparece como cofirmante de unas siete propuestas de otros diputados del Frente para la Victoria.
Una buena. Pero no todos son números en rojo para Máximo Kirchner. Porque su nombre es de los que tuvieron asistencia perfecta en las votaciones. Es decir, Máximo se presentó en las siete instancias de votación que hubo hasta el 19 de mayo. En seis de ellas, su voto fue afirmativo, excepto en el acuerdo con los holdouts, que fue negativo. Aquella oportunidad fue una de las que más dio que hablar. Después de todo, se trataba de su debut oficial como diputado, pero lo que generó más revuelo fue un polémico episodio que protagonizó. Es que el diputado de Cambiemos Tucumán, Facundo Garretón, lo escrachó con una foto en su cuenta de Twitter, en la que parecería estar durmiendo en el recinto. “Siendo las 21.30, parecería que Máximo se durmió en plena sesión. No me quiero imaginar a las 4 AM”, rezaba el tuit de Garretón. Desde el Frente para la Victoria negaron el hecho: “Estaba mirando su celular, no estaba dormido”.
Otro de los momentos que más ruido generaron durante aquella caliente sesión fue el primer (y único) discurso que dio el líder de La Cámpora en lo que va del año. Otro de los números que poco lo favorecen. En un monólogo de 10 minutos, plagado de chicanas hacia el Presidente y el Gobierno, Máximo dejó frases para el recuerdo como “la humildad que reclamaban ahora la han olvidado, no repitan nuestros errores”. Fuentes cercanas al Frente Renovador recuerdan el momento: “Habló sólo una vez. Pero la orden, cuando lo hace, es que los del Frente para la Victoria le den aliento como si fuera una hinchada”. Pero su discurso también dejó en evidencia que, a diferencia de su madre, Máximo es un hombre de pocas palabras. Unas 862, para ser más exactos. Lo que por escrito se traduce en 4.572 caracteres.
Es decir, menos de los que tiene esta nota.
Comentarios