Hasta hace poco tiempo, Mauricio y Marcelo se decían amigos. Habían compartido negocios –la propiedad del club español Badajoz– y tenían muchos gustos en común. Pero las ínfulas presidenciales del primero, acabaron por enfriar una relación que no pudo ser salvada ni siquiera por la íntima amistad entre sus esposas. Y que con la llegada de Macri a la presidencia se rompió.
La política se cruzó en el camino y hoy los encuentra en veredas diferentes. De un lado, el conductor más importante de la TV local. Del otro, el flamante presidente y todo su equipo de gobierno. La disputa, aunque real, tiene enfrentamientos y pase de facturas a la distancia, y desde trincheras bien definidas. Tinelli ataca desde el ámbito en el que mejor se mueve, “ShowMatch”, y con un arma conocida, el humor. Cambiemos, según denunció el propio conductor, responde desde los “callcenters” de Twitter lanzando ofensivos hahstags y llevando adelante una campaña de desprestigio. Si bien desde el Gobierno salieron a desprenderse de esta maniobra e incluso el jefe de gabinete Marcos Peña se comunicó con él, Tinelli se despachó de manera tajante en Twitter. “Se ponen nerviosos. Insultan. Hacen campañas desde cuentas truchas. Amenazan. Pensé que eran diferentes”, publicó. “Está convencido de que el ataque de Twitter vino del Gobierno”, confían desde Ideas del Sur.
Pero mientras el guiño de Macri admitiendo que le causaba gracia su imitación parecía aquietar las aguas, una denuncia cambió el panorama. “El gobierno avanzó contra (Cristóbal) López, pero no lo despegaron a Tinelli”, aseguran cerca de la productora sobre una presentación judicial realizada por ex trabajadores de Indalo. Esta desprotección que sintió el conductor se sumó a otro gran conflicto entre Tinelli y el presidente: la disputa por el negocio del fútbol y la conducción de la AFA (Asociación del Fútbol Argentino).
La presentación judicial, que recayó en el Juzgado Penal Económico N° 3, a cargo de Rafael Caputo, avanza sobre Cristóbal López, pero también sobre el entonces socio y presidente de la productora televisiva, al considerarlos presuntos responsables de “maniobras dolosas”. “Lo más probable es que el juez se declare incompetente y la causa recaiga en el Juzgado Nº 11, a cargo de la doctora Straccia, quien ya tiene otras causas por retención de aportes de Indalo”, aseguraron fuentes cercanas al expediente.
Tras conocerse la denuncia, que vino con otro hashtag replicado por cuentas falsas –TinelliAIndagatoria–, el abogado de los trabajadores de Ideas del Sur que denunciaron al conductor planteó un sombrío panorama. “Es bastante difícil que como presidente pueda deslindarse de la responsabilidad”, explicó el letrado Gonzalo Espinosa Paz, al tiempo que remarcó que Tinelli podría ir preso ya que las penas por este delito pueden ser de seis años de prisión.
La respuesta del conductor fue nuevamente la sátira a cargo de Freddy Villarreal, esta vez simulando un Macri vestido de pollito.
Pelotas y poder. “A Marcelo hoy le importa más el poder que el dinero”, advierten cerca del conductor. Su objetivo entonces se fijó en otra de sus pasiones: el fútbol y la presidencia de la AFA. Y allí surgió su otro foco de conflicto con el Gobierno. En su búsqueda de apoyo, en 2015 contó con el beneplácito de los entonces tres presidenciables: Daniel Scioli, Sergio Massa y Macri. Sin embargo, el único que cerró su campaña en el programa más visto de la tevé local fue el candidato del Frente Para la Victoria y el pacto se rompió. “Macri no perdonó esa traición”, aseguran quienes vivieron de cerca esa interna. Angelici, delfín macrista en AFA, se encargó de socavar el poder que Tinelli había acumulado, lo que llevó a que se bajara de los comicios.
El ganador de la pulseada fue el Presidente, quien no sólo logró que el flamante titular de la comisión normalizadora de AFA sea su preferido, Armando Pérez, sino que además se aprobó el formato de Súper Liga con el que simpatizaba. Tinelli, en tanto, vio sus pretensiones desvanecerse paso a paso y aunque él fue el máximo promotor del nuevo torneo, no podrá aspirar a presidirlo ya que el ex jugador Juan Sebastián Verón es el candidato más fuerte y con mayor aval.
Mientras lidia con un inesperado conflicto judicial, a Tinelli se le abrió un nuevo frente. Después de años de indiscutido liderazgo, el rating no lo acompaña este año. Si bien es cierto que sigue siendo de los programas más vistos, y que el encendido disminuyó mucho, algunas emisiones apenas superaron los 10 puntos de rating promedio. Poco para alguien acostumbrado al éxito y para un programa cuyo presupuesto supera el millón y medio de pesos por envío. La receta para salir de este mal momento será doblar la apuesta con el Bailando y el humor. Ese mismo humor que, según él, el Gobierno no entiende y le pide cambiar.
por Albino Gómez*
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