La causa AFA es una de las investigaciones sobre corrupción que más preocupa a los ex funcionarios kirchneristas y a toda la dirigencia futbolística. Investiga el desvío de al menos 2.400 millones de pesos del programa Fútbol Para Todos hacia las cuentas de un grupo de dirigentes de clubes. De acuerdo con la investigación judicial, los fondos otorgados a los clubes a través de Fútbol Para Todos se desviaron de distintas formas, entre ellas, mediante el descuento de los cheques que recibían los dirigentes en “cuevas” financieras ligadas a ellos y sus cómplices. Daniel Angelici, presidente de Boca Juniors y ex vicepresidente de la AFA –y el principal operador macrista en la Justicia, tal como lo denunció Elisa Carrió– es uno de los dirigentes comprometidos.
La causa, llevada adelante por la jueza María Servini de Cubría, ya tiene procesados a tres ex jefes de Gabinete, Jorge Capitanich, Juan Manuel Abal Medina y Aníbal Fernández, al presidente de la AFA, Luis Segura, y al ex vicegobernador de la provincia de Buenos Aires, Gabriel Mariotto, por incumplimiento de deberes de funcionario público. Sin embargo, la Oficina Anticorrupción (OA) no ha hecho hasta ahora denuncia judicial alguna, a pesar de haber solicitado al juzgado de Servini una copia del expediente en abril de este año.
Dentro de la OA, el abogado a cargo del expediente AFA es José Ipohorski, subdirector de investigaciones del organismo. Actualmente es postulado por el Gobierno para dirigir la Fiscalía de Investigaciones Administrativas. Uno de los lobbystas que impulsa ese nombramiento es Daniel Angelici.
Lazos. La razón de fondo que podría explicar la ausencia de voluntad para investigar el tema AFA en la OA tiene que ver con las vinculaciones estrechas que mantiene su titular, Laura Alonso, con Daniel Angelici. La pareja de Alonso desde hace 7 años, Ernesto “Larry” Ochoa, es un estrechísimo colaborador de Angelici y viejo amigo desde que militaban en la UCR en los ´80.
Alonso, ex titular de la ONG Poder Ciudadano, fue nombrada como titular de la OA por recomendación de Angelici a Mauricio Macri –que mediante el decreto 226/15 anuló la obligación de ser abogada para cubrir el cargo–, mientras que su pareja obtuvo en marzo del 2014 su lugar dentro del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires, en donde se lo considera un operador de su superior político. El cargo que ocupa es, por lo menos, curioso: Ochoa es el “Coordinador de Servicios en Días y Horas Inhábiles”, posición creada especialmente para él en el 2014. Antes de eso, no se le registra otro trabajo en relación de dependencia.
Pero además, Ochoa compartió negocios con el presidente de Boca. El 7 de febrero del 2011 les vendió una empresa a Angelici y su esposa. Se trata de la sociedad Empoyando SA, propietaria de un criadero de pollos en la localidad cordobesa de San Antonio de Giles. La venta se realizó a favor del matrimonio Belloni-Angelici, quienes ocuparon la presidencia y vicepresidencia de la empresa. Antes de eso, los cargos eran ocupados por Ernesto Ochoa y Marcelo Braccia. Declara una facturación de entre $ 500.000 y 1.000.000 anuales, y una planta de cinco empleados. En el momento en que se realizó el traspaso de Empoyando SA, Alonso ya estaba en pareja con Ochoa y por lo tanto resulta difícil que no supiera de la relación económica que lo unía con Angelici. NOTICIAS intentó comunicarse con la titular de la OA, pero no obtuvo respuesta.
Existe una segunda empresa que liga al marido de Laura Alonso con el operador judicial de Macri. Ochoa fue fundador de la empresa Tecno Azar SA, que se dedica a la actividad de soporte informático a bingos. Desde su creación, la empresa tiene por cliente a los bingos en los que es accionista Angelici en las ciudades de Pergamino y Ramallo, en la provincia de Buenos Aires, y en Villa María, Córdoba.
El 6 de septiembre, la Oficina Anticorrupción presentó su Informe Semestral 2016. El apartado 11 detalla los más de 40 casos encontrados hasta ahora de incompatibilidades y conflictos de intereses en la administración pública. Quizás este debería sumarse a la lista.
por Guadalupe Vázquez
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