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SOCIEDAD | 17-09-2016 18:48

¿Por qué la fiscal no le cree a Villar Cataldo?

Las pruebas que contradicen el relato del médico de Loma Hermosa y que refuerzan la hipótesis de un homicidio.

La Justicia cree que Lino Villar Cataldo miente. El médico cirujano que mató al ladrón que intentó robarle el auto en Loma Hermosa, San Martín, insiste en que disparó su Bersa Thunder en legítima defensa, porque sintió que corría riesgo su vida. Sin embargo, las contradicciones entre su versión acerca de cómo sucedieron los hechos y los resultados de las primeras pericias hacen dudar a la fiscal Diana Mayko. ¿En qué se basan estas dudas?

* Los minutos previo al robo. Villar Cataldo declaró antela Justicia que la noche del 26 de agosto terminó de trabajar en su consultorio privado, sacó el auto, saludó a un vecino y subió al vehículo. Sin embargo, la fiscal pudo observar en las cámaras de seguridad que el médico había sacado su Toyota Corolla diez minutos antes del asalto y que se tomó su tiempo, incluso, para sacar la basura. Según fuentes oficiales, “esto demostraría que él estaba tranquilo porque llevaba un arma encima”. Y agregan: “Nadie, y menos alguien que sufrió hechos de inseguridad y que tiene miedo como él mismo declaró, deja su auto con las balizas y se mueve con lentitud y tranquilidad”. Este detalle se incorporó al expediente y la fiscal se pregunta por qué el cirujano obvió declarar sus movimientos durante ese tiempo. De hecho, según Villar Cataldo, el delincuente lo increpó ni bien sacó su vehículo del garaje.

* La tenencia y el cantero. Villar Cataldo declaró que antes de sacar el vehículo a la calle había dejado su arma en el cantero por una cuestión legal, ya que tenía tenencia y no portación (es decir que sólo podía tenerla en su casa). La fiscal, sin embargo, cree que el cirujano no rodó hasta el cantero sino que llevaba la Bersa encima.

* Las piernas heridas. El cirujano declaró que el delincuente, Ricardo Krabler, sin mediar palabra, le dio un culatazo e la cabeza al grito de "Bajate hijo de puta que te mato" y agregó: “No sé qué abrió la puerta pero este hombre me tomó de la ropa y con mucha fuerza me tiró al piso. El ladrón se subió al auto, hizo macha atrás y con la rueda delantera izquierda me pisó la dos piernas”. Sobre este punto, la fiscalía tiene serias dudas aunque también es el aspecto más subjetivo. Los investigadores analizaron la vereda y el cordón cuneta, que tiene treinta centímetros de altura. Según ellos, es muy difícil que una persona no se quiebre los huesos con semejante situación y les llama la atención que en las cámaras de seguridad se puede ver al cirujano caminando sin mayores dificultades.

* El ángulo de los disparos. Villar Cataldo declaró que había disparado “al bulto, contra el auto” luego de correrse de la línea de fuego, a la altura del cantero. Él supuestamente estaba tirado en el piso. Sin embargo, la pericia balística confirmó que los disparos habían sido efectuados desde un ángulo de tiro de arriba hacia abajo. Los investigadores, entonces, creen que el cirujano logró incorporarse y que le disparó directo al delincuente, no al “bulto”. Esto también quedaría demostrado por el hecho de que en e auto no se encontró ningún impacto de bala.

Por otra parte, la Justicia encontró un proyectil incrustado en e asiento del acompañante, lo que no coincide con la posición de tiro declarada por Cataldo. “Para que esto hubiera ocurrido, las balas tendrían que haber doblado. Algo imposible”, insisten los investigadores.

* El arma de ladrón. En su declaración, el cirujano dijo que el delincuente tenía la puerta abierta y lo apuntaba con un pisotón. Sin embargo, la autopsia del cadáver determinó que uno de los disparos de Villar Cataldo destrozó el brazo izquierdo del ladrón. "Si lo estaba apuntando y recibió el impacto, ¿por qué el pistolón se encontró debajo de cadáver y no caído al suelo?", se preguntan los investigadores.

Desde la UFI Nº 7, donde recayó la causa, insisten en que los próximos pasos a seguir son una formalidad. En la última semana se realizaron las pericias psicológicas y aún quedan algunos análisis balísticos. Por estos días, la policía trabaja en identificar posibles testigos. "En las cámaras de seguridad se ven cinco jóvenes que iban caminando momentos antes del episodio. Uno de ellos podría ser Krabler. También se ve una señora. Nadie todavía se presentó a dar testimonial", insisten los investigadores.

La fiscal Mayko espera recolectar todos estos elementos para saber si será necesario pedir una reconstrucción de lo que sucedió. "Estas reconstrucciones son como las indagatorias. El acusado puede participar o negarse a participar. En todo caso, es un buen recurso para analizar las hipótesis en su totalidad", advierten fuentes cercanas a la fiscalía.

El recorrido por la Justicia Villar Cataldo acaba de comenzar y su futuro y su libertad serán objeto de discusión en un futuro juicio. Sin embargo, el médico cuenta con un punto a favor: su historia impactó fuerte en buena parte de la ciudadanía que salió a defenderlo públicamente.

De hecho, en la última semana se publicó una carta en el sitio Change.org dirigida a la ministra Patricia Bullrich y titulada "Garanticen la seguridad del doctor Lino Vllar Cataldo". La petición ya logró 50.000 adhesiones. La inseguridad se convirtió en un problema que afecta a toda la sociedad y a esta altura a pocos les interesa si el cirujano miente o dice la verdad. Sólo parece importar que mató a un ladrón.

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