Antes de que Macri fuera jefe de Gobierno porteño, “Nicki” le pidió un préstamo para “trabajar” la plata. “Prestame la guita, antes de tenerla parada, yo la laburo”, le habría dicho el empresario a su amigo. Macri le dio los dólares y año a año se van acumulando los intereses y dividendos millonarios. Según la declaración jurada del Presidente, ese préstamo hoy le significan 22 millones de pesos (al comienzo del año eran 18 millones, cuatro menos). Desde el entorno de Caputo explican que ese préstamo funciona como una “cuenta corriente” donde el Presidente, si quisiera, podría hacer uso del dinero. “En vez de tenerla en el banco, me la presta y diversifica el riesgo”, dice “Nicki” a sus amigos. La polémica surge a partir de la decisión del Presidente de poner parte de sus bienes en un fideicomiso ciego. Este préstamo no está incluido y Macri tiene tiene trato directo con quien maneja esos 22 millones de pesos de su patrimonio de 110 millones.
Los detractores de Macri se refieren a Caputo como el testaferro del Presidente. Habría que analizarlo. Mauricio le presta la plata a “Nicki”. Éste la pone a “laburar” y le genera ganancias. Todo parece normal en el universo de los empresarios. Pero Macri ya no es empresario, es un funcionario público que debería tener todas sus cuentas transparentes y alejadas de la especulación de los mercados.
por Rodis Recalt
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