A mediados de marzo de 2015, cuando estaba a cargo de la Agencia Federal de Inteligencia (ex SIDE), Oscar Parrilli intentó evitar que NOTICIAS llegara a sus lectores. Sus informantes le habían avisado que este medio estaba por publicar un listado de aspirantes a espías que acababan de egresar de la ENI (Escuela Nacional de Inteligencia). Esos agentes era, en su mayoría, militantes de La Cámpora. Incluso, uno, hoy es diputado: Rodolfo Tailhade.
El día siguiente al cierre, por la tarde, llegó una notificación con membrete de la Secretaría de Inteligencia (todavía no se había reconvertido en AFI). La nota decía que la revista se abstuviera de publicar el listado. Ya era tarde. La revista ya se había impreso y la sociedad conoció el nombre de los futuros espías K.
El siguiente paso de Parrilli fue denunciar a los periodistas, en los medios afines al gobierno de entonces y en la Justicia. En los medios dijo que esta revista era "la pata mediática de Stiuso". Aún a sabiendas que NOTICIAS ya contaba lo mismo que Parrilli le dijo a la ex presidenta Cristina Kirchner: que Stiuso armaba carpetazos. Tardía coincidencia.
En la Justicia, la estrategia de Parrilli fue la misma que aplicó el menemismo para diciplinar a los periodistas. Denunció a Jorge Fontevecchia, Edi Zunino y a este cronista por violar secretos de Estado. Estaba tan molesto y desorientado con la revelación de esta revista que olvidó que los que están obligados a guardar reserva de los secretos de Estado son los funcionarios, no los periodistas.
La estrategia no funcionó. La revista siguió saliendo con más de lo mismo: periodismo.
por Rodis Recalt
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