Alfredo Yabrán legó a su familia entre 400 y 2 mil millones de dólares, y también el halo de misterio que había a su alrededor. A veinte años del asesinato de Cabezas, los tres hijos del empresario, Pablo (45), Mariano (44) y Melina (40), adoptaron el mismo estilo del patriarca: hermetismo absoluto, guardaespaldas, vigilancia continua y esfuerzos por evitar estridencias que puedan delatarlos. A dos décadas del brutal crimen, los Yabrán siguen viviendo como quien tiene mucho que esconder. Su vida social se reserva a fiestas privadas y la actividad que mantienen en redes sociales está encriptada: usan nombres que eviten ser rastreados y cambian de perfiles cuando detectan alguna filtración.
Pablo, alias DJ Pilot
El primogénito es co-director de una firma off-shore radicada en Miami bajo el nombre de “Ocean Drive Ph-07 Inc.”, pero parece tener otros intereses. Es ingeniero electrónico, aunque nunca ejerció. Sí trabajó como piloto aeronáutico y de hecho estaba inscripto como piloto de Royal Air (ex Lanolec SA) una de las empresas del emporio familiar. Esta compañía fue la encargada de trasladar a Antonini Wilson, quien luego fue detenido en la Aduana de Aeroparque por trasladar un maletín con 800 mil dólares.
Pero Pablo ya no se dedica a conducir aeronaves; de piloto le queda sólo el nombre. Es que el mayor de los hermanos decidió emprender un nuevo camino. Bajo el seudónimo de DJ Pilot, se dedica ahora a pasar música en fiestas electrónicas. En las redes sociales suele mostrar su alegría por este nuevo oficio y recibe el apoyo de su madre y su hermana, quienes le dicen que lo ven muy feliz con el nuevo emprendimiento. Dj Pilot vive en Uruguay, aunque suele venir a Argentina a realizar presentaciones.
Melina, la mimada de "Dad"
La preferida del padre se separó hace poco tiempo de Juan Facundo Reggi, quien fuera su compañero por casi dos décadas. Melina cerró todas sus redes sociales en 2012 cuando una nota periodística reveló cómo vivía. Fiel al mandato familiar que Yabrán les inculcó, volvió a crearse perfiles camuflados: en Facebook es melinayab. En Twitter, con el usuario @ymelina27, publica mensajes amorosos dedicados a #Dad.
Fanática de River Plate y el tenis, Melina pasa largas temporadas en Nordelta. Y los veranos sigue pasándolos en Punta. Ella fue la última de la familia en hospedarse -hace cinco años- en la mítica mansión familiar de Pinamar argentina: Narbay (Yabrán escrito al revés).
Recientemente festejó su cumpleaños número 40 con una fiesta exclusiva y lujosa para un grupo de invitados muy selecto, tal como los festejos que organizaba su padre en Pinamar.
Mariano, el empresario
Es el más alejado a ese espíritu de frivolidad que envuelve el ritmo familiar y se hace tiempo para calzarse el traje de empresario. Comanda la firma de inversiones inmobiliarias Greenpol. Hasta hace poco era él quien subía opiniones y pronósticos al blog de la empresa. Con oficinas en el World Trade Center montevideano, Greenpol posee emprendimientos a ambos lados del Río de la Plata. Si bien en ocasiones los Yabrán adoptan el apellido Pérez para gozar del anonimato, al frente de su negocio, Mariano no reniega del apellido paterno. Tanto en los escritos como cuando se presenta en la web como CEO de la empresa, utiliza su nombre completo: Mariano Esteban Yabrán. Al contrario que su padre, él no cree en eso de ser un hombre sin rostro. Suele fotografiarse cuando asiste a eventos o conferencias. El recuerdo de su padre igualmente sigue vigente. Una gigantografía del difunto empresario adorna una de las paredes de su despacho.
"¿Saben quién tenía el mismo amor incondicional por la familia que Walter White? Sí: Alfredo Nallib Yabrán.", tuiteó en octubre de 2013 Mariano, comparando a su padre con el famoso narcotraficante de la serie Breaking Bad. Él y sus hermanos eran veinteañeros cuando Cabezas fue asesinado por orden de su padre. Hoy los tres declaran a las redes sociales que lo extrañan. Pero ya ninguno lo llama por el nombre que le daban cariñosamente en los años 90: "papimafi".
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