★★★1/2 Igual que el año pasado, Telefe y el Trece compiten en el prime time y generan expectativas con dos ficciones muy promocionadas y con elencos fuertes. Pero si el año pasado, a pesar de su calidad, le tocó perder a “La leona” frente a “Los ricos no piden permiso”, esta vez parece que la tira de Telefe, “ADDA, Amar después de amar”, gana la partida con una producción totalmente filmada en 2016, sin margen para cambios, de la misma manera que pasó con la de Echarri y Dupláa.
Hay muy buenas razones para que “ADDA” haya empezado con el pie derecho (en el próximo número comentaremos la del Trece, “Quiero vivir a tu lado”). La principal es que estamos ante una historia atractiva y muy bien narrada en dos tiempos, el presente y unos pocos años atrás (¿es necesario aclarar al espectador con un videograph estas idas y venidas cronológicas?), que va engarzando el amor y la infidelidad, por un lado, con la trama policial. En ese aspecto, se nota el múltiple y rico comando del guión a cargo de Erika Halvorsen (autora de la novela, llevada al cine, “El hilo rojo”) y el dramaturgo Gonzalo Demaría (“Tarascones”, “Deshonrada”), a quienes acompañan Micaela Libson y Esteban Garrido.
La historia arranca con un accidente automovilístico en la ruta que deja entrever la relación prohibida entre Carolina (Eleonora Wexler) y Damián (Federico Amador), mujer y marido respectivamente de Santiago (Mariano Martínez) y Raquel (Isabel Macedo), dos parejas amigas, al menos en las apariencias. Los flashbacks permiten reconstruir cómo esta atracción fue levantando temperatura entre los quehaceres domésticos y el tramposo WhatsApp. Pero también se entremezclan los hilos de otro tipo de intereses, punta que el detective Godoy (Michel Noher) –y a escondidas, su mujer Laura (Manuela Pal)– se encargará de investigar.
De los cuatro protagonistas, la Wexler es la más convincente en el papel de una mujer tradicional que, a pesar de la culpa, quiere vivir una experiencia intensa. Sin embargo, resulta difícil de imaginar cómo logra verse tan acicalada full time a pesar de su rol de ama de casa. Más o menos como el ex policía devenido albañil de Martínez, siempre de impecable musculosa. En tiempos de varones y mujeres todoterreno, queda algo obsoleto el rasgo snob histericón de la esposa burguesa que compone Macedo; la seducción profesional, al borde del estereotipo, de Amador; el nombre “Jovita” para la mucama; y otros etcétera como el carácter insoportable de la adolescente acomodada.
Grabada con tecnología 4K, “ADDA” ofrece imágenes cinematográficas y continúa con la tendencia de extender el relato a otras plataformas, con una serie web y un blog con eje en el personaje de Laura y su propia pesquisa. Por supuesto, esto no es obligatorio para seguir esta historia que atrapa con varias caras, un poco más cerca de la serie que de la telenovela.
por Leni González
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