A la espera del juicio oral que deberá enfrentar este año por la causa Ciccone junto a su ex socio e íntimo amigo Amado Boudou, José María Núñez Carmona (54) no pierde el tiempo y ahora decidió ingresar en el rubro gastronómico: acaba de abrir en Mar del Plata el restó bar Vita, ubicado en Bernardo Irigoyen y Almafuerte, en la zona de Playa Grande. Lo curioso es que Núñez Carmona acondicionó el restó en una propiedad suya: está emplazado en un típico chalet de piedras marplatense revestido de madera y la puesta es a todo lujo: cuenta con tres pantallas de video afuera y una decoración sofisticada donde, a simple vista, no se reparó en gastos. Vita es una sucursal marplatense del lounge bar que está ubicado en Palermo, en Darwin 1633, entre Honduras y Gorriti, que nació de la “inspiración de los más refinados y categóricos restaurantes, bares y discotecas de Nueva York, Londres y Miami”, según describen en su página web.
“Nariga”, como lo llaman sus amigos, se pasea por la zona a bordo de una Range Rover negra, que tiene su ventanilla izquierda trasera rota. También suele ser visto en un Audi negro con vidrios polarizados. Acude con frecuencia al restó, aunque al enterarse de que un equipo de NOTICIAS estaba en la ciudad prefirió esconderse en su departamento y no aparecer más en público por temor a ser fotografiado. “Desde que se enteró que estaba el periodismo, no fue más al restó”, comentaron allegados. Sin embargo, en el Facebook del bar ‘vitabuenosairesoficial’ aparece en una foto sentado en los sillones de afuera, en uno de los álbumes con fecha de mediados de enero. Si bien Vita no tiene mucha concurrencia este verano, según sus empleados es un jefe “copado“ y “paga muy bien”.
Escrachado. Pero Núñez Carmona no la está pasando bien a nivel social: los vecinos quisieron boicotear la inauguración de Vita cuando supieron quién era el nuevo dueño. Al grito de “chorro”, una decena de personas se paró enfrente de su nuevo emprendimiento a modo de escrache. Y hace unos días, cuando entró a comprar al kiosco de al lado del bar, la dueña lo echó cuando lo reconoció. “¿Por qué me echás?”, se sorprendió. “Vos sabés muy bien por qué”, le contestó la mujer sin dar mayores explicaciones. Dio media vuelta y se fue. También, cuando aparece por la zona, es escoltado por dos policías para no sufrir represalias públicas. “Los policías tienen que vigilar toda la manzana, es inadmisible que sólo lo cuiden a él“, se indignaron los vecinos.
Para cuidar su figura, el íntimo amigo de Boudou –se conocen desde los 7 años– se realizó una lipoaspiración y ahora luce unos kilos de menos, aunque la gente lo sigue reconociendo. Sigue viviendo en Mar del Plata, en Aristóbulo del Valle 3270, en unas modernas y lujosas torres denominadas “Barrancas de Playa Grande” que están ubicadas frente al Parque San Martin, el mismo barrio de su infancia y de donde nunca se fue. El departamento lo adquirió en 2009, beneficiado por la ley de moratoria y regularización que el Gobierno de Cristina Kirchner lanzó en ese año y que le permitió “blanquear” parte de su capital. En esas torres, un 4 ambientes cuesta alrededor de 600.000 dólares. Incluye piscina climatizada exterior e interior, SUM, microcine, gimnasio, sauna y seguridad las 24 horas.
En 2015, había emprendido una serie de viajes a Málaga, España, vinculados a la comercialización de pescados y mariscos exportados desde la Argentina. Allí, había reservado la sociedad “Pescados de la Patagonia SL (Sociedad Limitada)”, constituida con un capital de 3.000 euros.
Este año, la causa Ciccone llegará a juicio oral y Núñez Carmona deberá presentarse junto a Amado Boudou, Alejandro Vandenbroele y el empresario Nicolás Ciccone. La Oficina Anticorrupción (OA) –en condición de querellante– ha solicitado que se rechacen los pedidos de nulidad que realizaron tanto él como Amado Boudou y que se eleve a juicio oral esta causa, donde se investiga si ambos adquirieron la empresa quebrada Ciccone Calcográfica a través de la empresa The Old Fund y de su titular, el presunto testaferro Alejandro Vandenbroele. Pero la vida sigue.
por Alexis Socco
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