★★★1/2 El 28 de abril de 2013 Nelson Castro dijo en Continental que “el Estado es inoperante”. Cuatro años después (2.2.17), por la misma radio, explicó un concepto que suele repetir: el Estado es ineficaz: “No puede controlar la inflación y las clases media y media baja estaban mejor con los Kirchner”. Si lo escuchamos “a la letra” podríamos pensar que el Estado parece muerto, aunque se le pida todo como si estuviese vivo.
Pero como Castro nunca deja de reflexionar y hasta logró, desde la medicina, analizar el comportamiento de los políticos, este comentario puede pensar la crítica al Estado recurriendo a la filosofía. Por ejemplo: cuando Nietzsche dijo que “Dios ha muerto”, tal vez no quiso decir que Dios había muerto sino que, desde ahí en adelante, era hora de pensar el mundo sin esa divinidad.
Ahora puede estar sucediendo lo mismo con el Estado: no es que sea incapaz”, o que haya muerto, sino que es hora de empezar a pensar en su parcial retirada.
O sea: el Estado ya no es una paninstitución portadora de sentido y capaz de estructurar y organizar una población en un territorio. Aquel Estado realizaba planes quinquenales, daba empleos vitalicios y educaba al ciudadano. No se lo podía imaginar otorgando subsidios, dando amplios empleos “ñoquis” o repartiendo polenta.
Pero el discurso de Castro no implica la desaparición de toda “estatalidad”. Lo que sí parece señalar es que, el Mercado (como oponente del Estado), se presenta cada vez más dominante y lo hace sin importarle si los que quedan afuera son 100 o un millón.
Otro punto central en el discurso de “La mirada despierta” se relaciona con el gobierno de Mauricio Macri. Dice el periodista: “El Gobierno puede tener sus propios tiempos, pero las necesidades de la gente son urgentes: superar lo estructural lleva mucho tiempo…”.
¿Y si no fuese así? ¿Si en verdad no se estuviese pasando de una estructura a otra como en otras crisis estatales? ¿Si lo que estamos viviendo no fuese el pasaje de una estructura a otra estructura, sino el cambio de una estructura social que fue sólida hacia un devenir no articulado y del que ni siquiera sospechamos en qué consiste?
El buen programa de Nelson Castro podría ser mejor y lograr la excelencia si pusiera en el aire a más intelectuales y politólogos que presenten los cambios del mundo que viene, y del que ignoramos todo, y si entrevistase un poco menos a políticos que llegan diariamente con el casete puesto y que representan el pasado.
En cuanto a la ignorancia sobre el mundo que viene, eso no debería preocupar: tampoco los que tomaron la Bastilla sabían que estaban haciendo la Revolución Francesa.
por Luis Frontera
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