Los armadores de la provincia de Buenos Aires no se animan a confirmar que Jorge Macri no va a ser candidato. Eso le corresponde a Mauricio Macri o María Eugenia Vidal, afirman. Pero ya se cubren las espaldas: “Nunca fue tan candidato como su gente lo quería hacer ver”, responden.
La caída de Jorge Macri se debe, en gran parte, a los ataques permanentes de “Lilita” Carrió. Si alguno tenía dudas en el espacio, cuando la explosiva diputada se lo puso entre ceja y ceja se disiparon: un candidato no avalado por Carrió es una bomba de tiempo.
“Lilita” fue temeraria contra el primo del Presidente: le dijo delincuente y lo acusó de tener vínculos con el narcotráfico. Él, diplomático, pidió públicamente que se reunieran para sacarle algunas dudas. Pero en el mundo Carrió eso no es una opción.
El ataque feroz de la diputada comenzó tras recibir la información de que la gobernadora María Eugenia Vidal y el consultor Jaime Durán Barba preferían al primo de Macri como candidato: es un PRO puro y más manejable que la diputada. Carrió estalló: “Yo no vine a avalar delincuentes”, escucharon los gritos sus más íntimos. Luego, en el programa de tevé “A dos Voces” lo explicó apenas más suave: “Quería ayudarla mucho más (a Vidal), pero respeto su decisión de haber elegido a Jorge Macri como candidato a senador. Yo, por cuestiones éticas irreconciliables, jamás compartiría una lista con él”.
La candidatura de Jorge Macri todavía no naufragaba y el intendente de Vicente López hizo su mayor esfuerzo: se mostró con Vidal y estuvo en la Quinta de Olivos con el Presidente. Hizo gala de su buena relación con los popes. Pero el pulgar abajo de Carrió provocó la debacle. Y tras el conflicto de intereses del Correo Argentino, los estrategas se decidieron: la familia Macri tiene que estar lo más lejos posible del Presidente.
Desde el entorno de Jorge Macri no dan el brazo a torcer: “Todavía no hay definiciones”, sostienen. Y luego acusan: “Al tema lo están operando del lado de la alianza que generaron Carrió y Emilio Monzó”.
Es cierto que el ala política del PRO, con Monzó a la cabeza, la prefiere a Carrió. Son varios los motivos: el primero es que mide mejor. Segundo, no creen que tenga sentido poner en juego el apellido del Presidente. Tercero, no querrían a Carrió de enemiga durante la campaña.
Según las encuestas, el primo de Macri tiene una imagen negativa muy alta. “Es preferible el desconocimiento que la negatividad, porque contra el primero podemos trabajar”, dicen los armadores de la estrategia amarilla. “Con Macri vamos a discutir las candidaturas después de Semana Santa”, sentenció Carrió. Con ella sentada a esa mesa, Jorge Macri no tiene futuro.
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