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ECONOMíA | 31-03-2017 13:04

Mindlin, ante el riesgo de perder el soterramiento del Sarmiento

El comprador de la constructora del primo de Macri le rebajó el precio porque su mayor contrato está teñido de corrupción y puede caerse.

Este 21 de marzo, Marcelo Mindlin recibió a NOTICIAS en el despacho que antes ocupaba Gregorio “Goyo” Perez Companc en Maipú 1. “Hay dos sectores con potencial en el país: energía e infraestructura. En energía estamos invirtiendo en generación eléctrica y gas. Tenemos el 8% de la superficie de Vaca Muerta. En infraestructura cualquier gobierno debería invertir y Iecsa es junto con Techint una de las dos grandes constructoras del país”, afirma el empresario dueño de Pampa Energía y ahora también de Iecsa, rebautizada Sacde.

El soterramiento del ferrocarril Sarmiento es uno de los 20 contratos vigentes de Iecsa, pero representa el 25% de su facturación. Claro que el relativamente bajo valor que Mindlin abonó por la constructora se explica por el riesgo de que se pierda ese proyecto, dado el escándalo de corrupción en el que está envuelto tras los reconocimientos de coimas a funcionarios K por parte de la socia de Iecsa, Odebrecht. En el equipo de Mindlin comentan que “Iecsa iba a cerrar, dejando 2.000 personas en la calle, o quedaba en manos de los chinos”.

Mindlin removió al CEO de Iecsa, Javier Sánchez Caballero, salpicado por el escándalo de Odebrecht, pero en su equipo aseguran que siempre cambia el top management de las compañías que adquiere. Así es como su hermano Damián ahora es el nuevo CEO de Sacde.

Historia. En los 90, cuando comenzó su carrera como hombre de negocios, se lo llamó menemista. Después fue tildado de kirchnerista. En noviembre pasado fue el más oficialista en los discursos de un encuentro público de la Asociación Empresaria Argentina (AEA). “Ante una situación tan triste y alarmante como tener un tercio de la población en la pobreza hay que actuar rápidamente”, dijo quien fue presidente de Tzedaká, la fundación judía de ayuda social. “Los empresarios tenemos que sacar los proyectos de inversión y hacerlos ya mismo, porque el Gobierno va en la dirección correcta”, prosiguió aquel día. En enero también hizo promoción del país en Wall Street, donde Pampa cotiza desde 2009. No lo hace gratis. En el mundo de los mercados afirman que “es un águila” por su voracidad para hacer negocios. Detrás de la promoción para que se invierta en la Argentina, Mindlin busca ser el canal de esas inversiones.

“Me da gracia que me digan que fui menemista, kirchnerista y ahora macrista. El empresario invierte con todos los gobiernos. Si no invertís, te quedás. Está en mi ADN invertir, crear empleo, promocionar a la Argentina en el mundo”, dice.

Quizá sí le molestaba que lo pegaran a los empresarios K como Cristóbal López, Lázaro Báez o Gerardo Ferreyra (Electroingeniería). Recuerda que en los últimos años del kirchnerismo sus empresas estaban al borde de la quiebra. Le presentó en 2012 una carta pública a Cristina en la que aseguraba que si no le ajustaban los ingresos, se ponía en riesgo la provisión del servicio. El entonces ministro de Planificación, Julio De Vido, se la llevó en mano. CFK no terminó de leerla y se la devolvió: “Decile al rusito que no joda con las tarifas”. Los aumentos de las tarifas recién llegaron con Macri.

Pampa también recibió una inspección de la AFIP y las quejas a viva voz de De Vido por los cortes de luz. También por aquel tiempo el gobierno K lo denunció por lavado de dinero. Entonces Mindlin vendió las acciones minoritarias que tenía en el banco BST. En ese emprendimiento tenía apoyo del empresario británico Joe Lewis, dueño del 2,4% de Pampa, conocido también por ser dueño de una polémica propiedad que dificulta el acceso público al lago Escondido, en El Bolsón. En el entorno de Mindlin argumentan que “todos los empresarios eran acusados de lavado en la era K”.

Noventa. Mindlin hizo un MBA en la Universidad del CEMA y junto con su entonces amigo Eduardo Elsztain fundó a los 25 años, en plena apertura del gobierno de Carlos Menem en 1989, el fondo de inversión Dolphin y la desarrolladora inmobiliaria IRSA. Elsztain capitaneaba y Mindlin lo secundaba en el capital accionario. Ambos intuían que iba a haber muchos negocios por desplegar. Aprovecharon sus contactos en la comunidad judía de Buenos Aires para conseguir ese año una entrevista en Nueva York con el multimillonario húngaro-estadounidense George Soros. Lo convencieron de invertir en la Argentina y así armaron un negoción a partir de uno de los símbolos de los 90: los shoppings. Antes de IRSA casi no había centros comerciales en el país. Pero ellos crearon el mayor grupo de shoppings, que incluye Alto Palermo, Abasto y Paseo Alcorta. También fundaron la agrícola Cresud y ganaron la privatización del 51% del Banco Hipotecario en 1997.

“Lo hicimos con poco capital propio y con inversores a los que les gustaban nuestras ideas. Nuestra fortaleza era y es la relación con el mercado de capitales, el mercado nos cree”, recuerda Mindlin. “Fue una etapa espectacular, nos divertimos mucho, pero yo en 2003, con 39 años, quería hacer algo nuevo, propio, y vi la oportunidad de crear una gran empresa de energía del país, así como en los 90 habíamos creado la empresa inmobiliaria líder que cotiza en bolsa. Tenía ese sueño y, antes de seguir en la comodidad, preferí el riesgo”, recuerda su divorcio con Elsztain justo cuando las empresas de energía de la Argentina, entonces en su mayoría en manos extranjeras, estaban despotricando porque a los rentabilísimos años 90 le siguieron la pesificación y el congelamiento de tarifas de 2002. Otros memoriosos citan las tensiones entre Elsztain y Mindlin, que entonces se quedó con el fondo Dolphin y dinero en efectivo y empezó a invertir para crear Pampa Energía. Compraba barato empresas que las multinacionales querían dejar ante unas tarifas que Néstor Kirchner mantenía sin cambios. Mindlin conoció al entonces presidente por intermedio de su primo, Héctor Timerman, por entonces cónsul en Nueva York. “En 2005 compré Edenor y eso fue bueno para el Gobierno porque logramos que Électricité de France (EDF, anterior dueña de la distribuidora eléctrica) desistiera de su demanda de 1.000 millones de dólares ante el Ciadi (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones)”, reconoce Minldin, que estaba por entonces ilusionado con el decreto que había firmado Kirchner en 2004 por el cual se disponía que en los siguientes 12 meses se haría una revisión tarifaria integral. Pero esa revisión nunca se hizo en todo el kirchnerismo.

por Rodis Recalt, Alejandro Rebossio

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