"Durante el kirchnerismo nadie se animó ni siquiera a que se conversara sobre el aborto. Lo de Cristina era una mezcla de hipermodernidad con carteras Louis Vuitton y rezos a la Virgen por las noches. Combinaba un ‘yo soy la revolucionaria’ con no habilitar la discusión del aborto”. Con esta frase, la ensayista Beatriz Sarlo resumió los motivos por los que, en la década pasada, jamás hubo una iniciativa real por parte de la clase política para despenalizar la interrupción voluntaria del embarazo. Sin embargo, fue más allá y analizó por qué Cambiemos tampoco avanzará en el tema: “Son muy superficiales en temas filosóficos fundamentales. Como son liberales, cada uno piensa lo que quiere. Y si se le preguntara a Macri, como es presidente, seguramente diga que antes de estar a favor se degüella a sí mismo”.
Sarlo fue una de las primeras en hablar en público sobre el aborto. De hecho, contó su experiencia –abortó en cuatro oportunidades– en la revista Tres Puntos, en 1997. En aquella ocasión, personalidades como la periodista Silvina Walger, la ex legisladora Dora Barrancos, la actriz Graciela Duffau y la cantante Divina Gloria, entre otras, fueron las voces de una nota que se tituló: “Por primera vez veinte mujeres se atreven a decir: yo aborté”.
Consultada sobre el tema, Sarlo declaró: “La primera vez fue a los diecisiete años, nadie me obligó y fue una decisión propia. Lo más triste de la situación fue la sucia clandestinidad del consultorio, y el dinero que tuve que entregar casi en el mismo momento en que me ataban a una camilla. Espero que se legalice y voy a apoyar la ley como todas las que sean a favor de los derechos individuales de las personas”. Veinte años después de aquella nota, el tema sigue tan frenado como en los ‘90.
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