El 9 de diciembre del 2015 fue la última vez que Cristóbal López y Fabián De Sousa pisaron la Casa Rosada. Habían ido al acto de despedida del gobierno de Cristina Kirchner. Pasaron casi desapercibidos, porque a pesar de que sus nombres eran hiperconocidos en el mundillo de la política y los empresarios, sus caras eran menos célebres. Aquel día fueron recibidos por Cristina en el despacho presidencial y se sacaron una foto para inmortalizar ese momento. Una de esas copias descansa en un portarretrato en el quincho del chacra de Puerto Panal donde suele descansar los fines de semana De Sousa con su pareja, y madre de su hijo, Julieta Camaño.
Aquel día no sólo fue la despedida del kirchnerismo del poder. También fue el comienzo de la caída de Cristóbal López, uno de los empresarios K más emblemáticos de la “década ganada”, detenido desde el miércoles 20 en la ya superpoblada penitenciaría de Ezeiza.
Cuando el macrismo desembarcó en el gobierno, López confiaba en que nunca lograrían la conquista real del poder y que el kirchnerismo se mantendría como una resistencia que no perdería vigencia. Se habían quedado impactados con la convocatoria de aquella plaza llena y los cánticos encabezados por el ya célebre “¡Vamos a volver!”. Esto los convenció de que debían apostar por Cristina. A eso había que sumarle los fuertes lazos que habían trazado con el corazón de la mesa chica de CFK: Desiré Cano, la esposa de Hernán Reibel Maier, el vocero de Cristina Kirchner, era una de la gerentas de noticias más importantes del canal. Con el tiempo, el flujo de pauta oficial disminuiría y los horarios centrales de C5N y Radio 10 serían ocupados por conductores identificados con el kirchnerismo. También se debe tener en cuenta que “la grieta” alimenta audiencias y contraponerse a los medios del Grupo Clarín era funcional a la hora de competir por el rating y por lo tanto por publicidad. Jugarle todas las fichas a Cristina no sólo fue una decisión ideológica, también fue económica.
La apuesta a Cristina fue tan grande que para la primera vuelta de la elección legislativa de este año, Unidad Ciudadana montó un centro de cómputos propio en el Grupo Indalo. La sede central estaba en el ex edificio de Ideas del Sur y también había empleados procesando datos en las oficinas del centro sobre la calle Córdoba. El camporista Eduardo “Wado” De Pedro era uno de los que administraban esa información. La data también era utilizada por el periodista K Roberto Navarro.
Deuda. Pero salió mal. El primer golpe, Cristóbal López lo sintió cuando el periodista de La Nación, Hugo Alconada Mon, escribió que el dueño de Indalo había dejado de pagar el Impuesto a la Transferencia de los Combustibles. Ocho mil millones de pesos que le correspondían al fisco habían sido utilizados para financiar una parte de la expansión del grupo en medios. La metodología era realizar préstamos interempresas para poder solventar esas inversiones. El martes 19 , Cristóbal López recibió la confirmación de algo que ya se esperaba: su detención solicitada por el juez Julián Ercolini, quien tiene en su juzgado la causa por los impuestos impagos. Él y su socio Fabián De Sousa quedaron detenidos entre esa noche y la madrugada que le siguió. El primero quedó alojado en el complejo penitenciario de Ezeiza y el segundo fue derecho a Marcos Paz.
En su fallo, el juez afirmó que ordenaría la prisión preventiva porque había considerado que los imputados habían intentado eludir a la Justicia, primero al intentar cambiar el domicilio de la empresa Oil Combustibles, para poder mover el expediente del concurso preventivo de la empresa a otra jurisdicción. En este caso la idea era llevarlo a la provincia de Chubut, donde tienen jueces amigos. En Comodoro Rivadavia una de las magistradas más influyentes es la jueza federal Eva Parcio, suegra de Mauro Sánchez, abogado personal y hombre de confianza de Cristóbal López. Sánchez llegó a vivir en el departamento de Recoleta de Cristina Kirchner, tal cual reveló esta revista en el 2012, cuando ese departamento había sufrido un intento de robo.
Otro motivo que el juez Ercolini valoró para decidir detener a López y De Sousa fueron los movimientos que se hicieron sobre el Banco Finansur que luego fueron rechazados por el Banco Central. A esto debe sumarse el episodio de mayor relevancia que tuvo el grupo Indalo: la venta al fondo OP Investments manejado por Ignacio Rosner, quien dejó trascender que era un hombre cercano al Gobierno, aunque desde la Casa Rosada se despegaron del personaje: “Es un chanta”, definieron. El día antes de conocerse la noticia de la venta, Rosner se había reunido con José Torello, el jefe de asesores de Macri.
La venta del Grupo Indalo no fue bien vista por el juez, quien escribió: “Ellos manifestaron haber vendido sus tenencias accionarias –cuando les estaba vedado– con anterioridad a haber solicitado autorización para ello. Debe tenerse en cuenta que dicha petición fue introducida el 25/10/17 y, conforme sus dichos, la enajenación material habría sido el 20/10/17”. Primero vendieron y después pidieron permiso para hacerlo.
Lo que más molestó al zar K fue que la prisión preventiva recayó sobre él, que está acusado de ser “partícipe necesario” del delito de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública, mientras que Ricardo Echegaray, el ex jefe de la AFIP kirchnerista, quien está procesado como “autor”, sigue libre (ver recuadro). López ve una intencionalidad política tras su detención.
Por otro lado, su socio, Fabián De Sousa, no supo administrar los lazos que lo unían al hombre más fuerte del macrismo: Marcos Peña. Su pareja Julieta Camaño es íntima amiga de Lucía Mantero, la esposa del jefe de Gabinete (ver recuadro). Desde la oposición, tampoco CFK hizo fuerza por López y De Sousa para evitar este final. Ellos no lo ignoran.
La queja principal de Cristóbal se basa en que la deuda se estaba pagando mediante el controvertido, ya conocido y nunca bien ponderado artículo 32 de moratorias especiales que otorgaba sólo Ricardo Echegaray. Este beneficio de la AFIP había sido aceptado para otras empresas de medios, como el Grupo Szpolski, constructoras como IECSA –la cual entonces pertenecía al primo del Presidente, Angelo Calcaterra– y hasta la productora de pollos Cresta Roja. “¿Por qué está mal visto cuando es para Cristóbal y no cuando es para los demás?”, se preguntan cerca del patagónico. En el mundillo de los empresarios y altas fuentes de la AFIP solían afirmar que para acceder a una moratoria del artículo 32 había que pagar el 10% de la deuda que se debía cancelar. Habladurías.
Asados. La caída de Cristóbal López también se vio reflejada en “los asados de los miércoles”. En el punto de mayor influencia del zar K, todos los miércoles se reunían en el último piso de un edificio frente a C5N, sobre la calle Fitz Roy, directivos del canal con invitados especiales. De esas comidas han participado, entre otros, el ex jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina, el empresario K Osvaldo “Bochi” Sanfelice, el ex gobernador de Entre Ríos Sergio Urribarri, el fiscal Guillermo Marijuan, el vocero cristinista Hernán Reibel Maier y el actual diputado de La Cámpora Martín “Rodra” Rodríguez. En esa comida había una particularidad: Cristóbal López compraba un vino llamado Bramaré que tomaba él solo.
por Rodis Recalt
Comentarios