"Se ha demostrado suficientemente, y con el grado de probabilidad que habilita el Código Procesal Penal de la Nación, que la muerte del fiscal Nisman no obedeció a un suicidio y que habría sido producida por terceras personas y en forma dolosa”. Con estas palabras, el juez Julián Ercolini determinó que Natalio Alberto Nisman, el fiscal especial de la causa AMIA, fue asesinado en el baño de su casa aquel 18 de enero de 2015.
En un su resolución, el magistrado procesó a Diego Lagomarsino –el colaborador informático de Nisman y dueño del arma que lo mató– como partícipe necesario del homicidio. Y también a los custodios del fiscal Rubén Benítez, Armando Niz, Luis Miño y Néstor Durán. A los cuatro los encuadró dentro del delito de incumplimiento de deberes, pero a los primeros tres les agregó encubrimiento agravado porque consideró que participaron de una maniobra para instalar la versión del suicidio. “Un dato significativo es que desde el descubrimiento del cuerpo sin vida de Nisman, los custodios también buscaron instalar la versión del presunto suicidio del magistrado, lo que se vio alineado con el accionar que Benítez y Lagomarsino ejecutarían al día siguiente”, escribió el Ercolini.
Polémica
Uno de los puntos discutidos del fallo de Ercolini es el que debate sobre la dirección de la bala dentro de la cabeza de Nisman. Los peritos del Cuerpo Médico Forense, que estuvieron en contacto con el cuerpo del fiscal, habían afirmado que la dirección de la bala era levemente de adelante hacia atrás y de abajo hacia arriba. Los peritos de la Gendarmería, que estuvieron en contacto con la filmación y fotos de la autopsia, afirmaron que la trayectoria fue “de atrás hacia delante, de derecha a izquierda y ligeramente de abajo hacia arriba”. Esta diferencia no pudo ser dirimida por Ercolini, por lo que decidió tomar otro camino: descartarla. “La diferencia expuesta se centra en la dirección de la bala –de atrás hacia adelante y de adelante hacia atrás, según cada órgano pericial–, punto que no modifica en nada las causales propias de la muerte violenta por disparo de Nisman”, escribió el juez. Muy discutible.
Otro punto que se estaba debatiendo era una presunta lesión en la nariz. En el informe de la Morgue Judicial no se había detectado ninguna particularidad en el tabique, mientras que el informe Gendarmería hablaba de una fractura. En este caso el juez decidió descartar el informe de la Morgue y ponderar el de Gendarmería.
El juez cuestionó que la causa haya caído de entrada en el fuero ordinario: es decir, en la fiscalía de Viviana Fein y la juez Fabiana Palmaghini. “Debe dejarse claro aquí que la determinación de no anoticiar formal e inmediatamente al juez y fiscal federales de turno no pudo obedecer a desidias o errores, sino que habría implicado una determinación de acotar la investigación del hecho a un suicidio”.
Ercolini dedicó un párrafo a los funcionarios kirchneristas que hicieron “afirmaciones públicas abonando la idea de suicidio y de algunos medios cercanos al oficialismo en ese momento”.
El juez interpretó que las filtraciones sobre las fiestas a las que asistía Nisman y los viajes con modelos VIP eran parte de una campaña que buscaba desprestigiarlo, mientras que Lagomarsino, dueño del arma que terminó con su vida, se mostraba como una víctima. “Es incomprobable, pero aparte debe ser tildado de inverosímil y como un intento defensista de quitarse responsabilidad, que el fiscal Nisman le haya pedido en aquella ocasión a Lagomarsino un arma de fuego para la seguridad de sus hijas. Ante todo, porque ninguna de sus hijas se encontraba en el país”, escribió el juez. Y agregó que las razones que dio Lagomarsino sobre el préstamo del arma “no tienen una explicación razonable y creíble, ya que ante una solicitud semejante, una persona con el nivel cultural y de instrucción como aquel, por una parte se hubiera negado a dársela o dicho que no tenía armas, o que no funcionaba, o que se comprara una; pero además, hubiera hecho lo posible para poner al tanto y en alerta de este pedido insólito a sus otras personas de confianza, sus colaboradores de la fiscalía; a las personas que brindaban custodia e incluso a la misma ex esposa del magistrado”.
El magistrado nunca creyó la versión de Lagomarsino y, por el contrario, la encuadró dentro de un plan para ocultar un homicidio.
El peritaje de Gendarmería, en el cual se afirma que a Nisman lo mataron entre dos personas, cumple un rol importante en la resolución del juez. Es el tercer respaldo que recibe la Gendarmería luego de presentar el informe en el expediente. El primer respaldo fue del fiscal Eduardo Taiano, quien lo citó en su dictamen, y luego el presidente Mauricio Macri, quien, basado en el mismo informe, afirmó que para él Nisman había sido asesinado.
Durante los años K, el oficialismo abonaba la teoría del suicidio y la Justicia se movió en esa dirección. Con el cambio de gobierno, la principal hipótesis pasó a ser el homicidio y ahora la Justicia también falló en ese sentido. ¿Cuál Justicia tiene razón?
por Rodis Recalt
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