Los dos hombres, enteramente vestidos de negro, se torean con la mirada. El jefe apenas disimula el hartazgo, y su asesor no tiene pensado dar el brazo a torcer. “Jorge, lo que hago lo hago por Dios, no por vos”, se defiende el subalterno. Tiempo después, el dueño del malhumor se convertirá en uno de los máximos líderes del mundo, pero para eso falta, y en el Arzobispado de Buenos Aires hay fumata negra. “Guillermo, me dicen que tengo un vocero que habla mal del Papa. Quieren tu cabeza”, le espeta Bergoglio. Marcó, portavoz del futuro pontífice por poco tiempo más, retruca: “Un vocero desautorizado no sirve más. Aceptá mi renuncia”. Aunque el actual obispo de Roma lo confirma en su cargo durante unos meses, las cartas de Marcó ya están echadas, y a fines del 2007 da un paso al costado, luego de una última pelea pública, esta vez con los Kirchner.
Una década más tarde, el cura que acompañó a Francisco cuando este recién arrancaba a jugar en las grandes ligas eclesiásticas, y que fue testigo privilegiado de la guerra del matrimonio sureño contra su superior, y de la familiar relación que Bergoglio entabló con Macri –que ahora se agrietó, según Marcó–, recompuso el vínculo y es uno de los pocos que tiene vía directa con el Vaticano. “Pasó como le pasa a uno con un padre: a veces hace cosas que te gustan, y otras no”, dice quien fue su mano derecha durante ocho años.
Noticias: ¿Cómo afectó la renuncia a la relación?
Marcó: Me dolió y estuve un tiempo distanciado, pero después con el tiempo pasó. Entiendo la lógica de los que están arriba (risas) y él siguió teniendo actitudes buenas conmigo. Ser cristiano tiene que ver con no ser rencoroso y con saber perdonar. La primera vez que lo vi en Roma me dijo que lo único que tenía para conmigo era gratitud y un gran cariño, y cada vez que voy allá se hace un hueco para recibirme, y no deja de llamarme por mi cumpleaños. Fue duro en su momento: lo de Benedicto (ndR: Marcó criticó públicamente al entonces Papa por las declaraciones contra el Islam que el Pontífice había hecho) pasó poco antes del lío con Néstor, cuando dije que éste fomentaba la división: hoy la grieta es visible para todos, pero cuando yo lo dije se me puso el mundo en contra. Desde que renuncié mi trabajo fue deslindarme de él, porque mi voz estaba ligada a Bergoglio.
Noticias: Hoy todos se disputan ese lugar, hablar en nombre del Papa.
Marcó: Hay muchas personas que él conoció acá con las que tuvo una gran relación. ¿Eso los habilita a hacer públicas las conversaciones que tienen con él? A mí me manda cosas, y jamás publico lo que me dice. Gustavo Vera se equivocaba en eso: el Papa le mandaba un mail sobre algún tema y enseguida salía publicado, como “el Papa dijo tal cosa”. Tiene que haber un margen para que las cosas queden en lo privado, porque si no parece que te aprovechás de esa relación. Estos pseudovoceros terminan defraudando, porque creen que tienen una voz autorizada para interpretar el 100% del pensamiento del Papa, y eso es un error. El que dice “yo conozco a Bergoglio” se equivoca, Francisco tiene un pensamiento muy complejo. Por eso el Papa va “detonando” personajes: Guillermo Karcher –maestro de ceremonias del Vaticano– parecía un vocero de él y fue corrido, y pasó lo mismo con Vera y con otros, como se vio en el encuentro con los sindicalistas a donde no fue. Los corre porque se extralimitan.
Noticias: Pero a Vera después le mandó un mensaje por la reforma previsional.
Marcó: ¿Cómo te consta eso?
Noticias: ¿Habría que dudar?
Marcó: Y, no sé… muchas veces le pregunté al Papa por sus pseudovoceros y él me dice: “¿Qué querés, que desautorice gente cada dos minutos?”.
Presidentes
Marcó fue quien le presentó a su superior a Macri, entonces jefe de gobierno porteño. Por esos años, los Kirchner tenían a Bergoglio de enemigo declarado, y el arzobispo era centro de las críticas del progresismo K. “Cristina no quería hacer 200 metros para ir a la Catedral, pero cuando tuvo que tomarse un avión para hacer diez mil kilómetros y llegar con su sombrerito a Roma, lo hizo”.
Noticias: Muchos lo tildan de kirchnerista.
Marcó: Decir eso es no tener memoria. Ese gobierno lo persiguió, le hizo la vida imposible, no fue a sus Tedeums. Es larga la lista. Él tuvo grandeza con Cristina, y ella operó con inteligencia y con su corazón peronista: intuyó donde estaba el poder y se alineó. Pero los que dicen que Francisco es peronista les faltan fuentes. Francisco es un intelectual, y el peronismo no se destaca por su intelectualidad, e interpretar al Papa sin la clave religiosa te lleva a caer en un reduccionismo. Lo que sí creo que tiene en común con el peronismo es la capacidad de manejar el poder.
Noticias: Se hace hincapié en la diferencia de la relación que tenía el Papa con CFK de la que tiene con Macri.
Marcó: A él lo que nunca le cerró fue el duranbarbismo, eso de no tener principios sino actuar en base a encuestas. Bergoglio cree que la vida no es así, que se puede morir por principios. Entonces él decía: “Cuando lleguen las verdaderas batallas van a hacer una encuestita y ahí van a decidir”. Eso siempre le molestó mucho. A Mauricio no lo invitaron a la asunción de Bergoglio, pero él lo incluyó y lo saludó en privado, a él y a Awada, y hasta le pidió que la próxima llevaran a Antonia. Ese trato, muy familiar, es el que tenía con Mauricio. Incluso, para recibir a Juliana sacó un decreto, porque la mujer de un jefe de Estado de un país católico que está casado en segundas nupcias no podía ver al Papa junto al Presidente. “Tanto que dicen que los recibí así, se olvidan de las cosas que hice antes”, me dijo Francisco. Después el Gobierno sale a decir que quiere tener una relación formal con él. ¡A Bergolio lo conocés de toda la vida! Lo obligan a que lo reciba con protocolo. Es ridículo. Él lo recibe diciéndole “¿cómo le va, señor Presidente de la República?”, como diciendo “si querés jugar a los soldaditos vamos a jugar juntos”. Le hubiera gustado una relación diferente.
Noticias: ¿Vendrá a Argentina siendo Papa? ¿O renunciará y recién entonces volverá?
Marcó: Salvo que se enferme gravemente, no creo que vaya a renunciar. Lo veo en sus capacidades plenas. Pero él es consciente de que en cualquier momento puede venir el martirio, porque se expone. Él lo que me ha dicho es “lo único que pido es que si me matan sea rápido”. No quisiera, pero no descarto… él tiene clara conciencia de que está expuesto. Con respecto a Argentina… ¿qué pasa si viene? Tendría que estar todo el tiempo teniendo que medir con quién va a estar, con quien no. Eso lo tira muy atrás, lo agota. En este año no creo que venga, aunque él es impredecible.
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