La investigación judicial por la muerte de Débora Pérez Vopin tiene en la mira a los dos médicos que estaban en el quirófano al momento en que la periodista y legisladora porteña falleció. El nombre de la anestesista (Nélida Inés Puente, de 62 años) ya había trascendido, pero aún no se conocía el del otro profesional sospechado. Se trata del endoscopista Diego Bialolenkier , de 36 años. Además, NOTICIAS de esta semana pudo reconstruir el minuto a minuto de la internación fatal, las claves de la autopsia y los riesgos de la híper diagnosticación.
Puente fue la que se encargó de comunicarle la noticia del fallecimiento a la familia de Pérez Volpin. El acta de defunción se firmó a las 18.15 horas y, por recomendación de su abogado, la anestesista se quedó en el Sanatorio de la Trinidad para esperar la resolución de los familiares de la víctima.
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La familia decidió hacer la denuncia el miércoles 7 a las 4 de la mañana en la comisaría 23 y, minutos más tarde, Puente se puso a disposición de la Justicia. “La presentación fue a los efectos de poder demostrar su total ajenidad con el hecho. Se presentó para poder tomar intervención en la autopsia por medio de sus peritos”, explicó el abogado de la mujer, Eduardo Gerome. La anestesista, cuentan, estaba destrozada por el fallecimiento de su paciente pero convencida, según Gerome, de que su accionar había sido impecable. Para que estuviera presente en la autopsia designó al perito Carlos Salgueiro.
Su compañero, Bialolenkier, tomó una actitud completamente diferente a la de Puente, que si bien prefirió no hablar con la prensa por respeto a la familia, sí hizo llegar su versión de lo sucedido a través de su abogado. El endoscopista, en cambio, "desapareció" de la web y borró todos sus perfiles en las redes sociales.
La causa recayó en el juzgado el Juzgado Criminal y Correccional N°57, a cargo de Gabriel Ghirlanda.
por Andrea Gentil, Giselle Leclercq
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