Lo avisó en marzo, pero muchos desconfiaban. Sin embargo ahora Emilio Monzó, el presidente de la Cámara de Diputados, ratificó que no competirá en el 2019.
Cansado de los desplantes de Cambiemos y de no sentirse reconocido, el legislador avisó que se irá al llano o a alguna embajada, si se la ofrecen.
En el Gobierno tampoco hicieron esfuerzos por retenerlo. Extraña decisión, si se tiene en cuenta que fue uno de los engranajes fundamentales para que se aprobaran la mayoría de los proyectos que se enviaron desde la Casa Rosada, aún con minoría en la Cámara.
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Siempre le desconfiaron. Para María Eugenia Vidal, Monzó fue un obstáculo: ella quería negociar directamente con los peronistas, pero él le imponía un freno natural.
Desde el peronismo federal lo tentaron. Ya le hablaron de una posible candidatura en la provincia de Buenos Aires.
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