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MUNDO | 18-04-2019 18:42

NOTICIAS en Lima: Perú despide a Alan García

El suicidio del ex presidente peruano en una sociedad que también tiene su grieta. Cómo fueron sus últimos días. La foto de su habitación tras su muerte.

El funeral de Alan García -dos veces presidente de Perú- no se hizo en una institución del Gobierno, como podría ser la sede del Poder Ejecutivo o el Parlamento. Su ex esposa, la economista argentina nacionalizada peruana Pilar Nores fue una de las que decidió que el lugar más acorde sería la sede el partido APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana), conocida en Lima como “La Casa del Pueblo”. Este fue el partido que lo vio crecer a García y con el cual llegó a la presidencia en 1985, siendo el más joven de la historia.

Al funeral no podía ir el público en general, solo amigos, familiares y afiliados al APRA. Su madre Nytha Pérez Rojas, quien se mueve en silla de ruedas, estuvo entre las personas que fueron a despedirlo.

Alan García era un político amado y odiado en su país. Existe una grieta respecto de él, porque quienes lo admiraban y seguían, creían en su palabra, pero quienes lo rechazaban, afirmaban que era un corrupto. Cuando concluyó su primer mandato, se fue con una serie de denuncias, las que esquivó tras exiliarse en Colombia primero y luego en Francia. Luego regresó y en 2006 volvió a ser presidente.

Visto con el prisma de la Argentina, su caso podría compararse, salvando las distancias, con el de Cristina Kirchner. Su defensa en las causas de corrupción se basaban en cuestionar el proceso judicial y a los medios que lo investigaban. En los últimos días había dado entrevistas donde afirmaba que no había ingresado a la política para enriquecerse y que no había ni una sola prueba que lo involucre a él. Pero de su colaborador más importante, Luis Nava, una suerte de Oscar Parrilli, sí había documentos que lo involucraban recibiendo pagos de la empresa Odebrecht, que al igual que en Argentina, en Perú también pagó sobornos para quedarse con obra pública.

La diferencia entre Perú y Argentina es que aquí, todos los ex presidentes de la década del ‘90 al presente están o estuvieron presos. Alberto Fujimori (1990-2000), Alejandro Toledo (2001-2006), Ollanta Humala (2011-2016) y Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018). Alan García fue presidente de 1985 a 1990 y luego de 2006 a 2011. El miércoles 17 de abril lo iban a detener y completar el álbum.

Alan García vivía en Madrid. Allí se había radicado los últimos años luego anunciar su retiro de la vida política. Se había presentado a las elecciones presidenciales del 2016, pero logró apenas el 5% de los votos. Viajaba seguido a Lima, la capital de Perú, pero por pocos días. En uno de esos viajes, en noviembre del 2018, volvió a su país para presentarse en la causa Odebrecht. Tenía pensado volver, pero a los días días le impidieron salir del país, por lo que tuvo que volver a radicarse en Lima.

El momento en que llegaban los restos de Alan García:

 

El 2 de abril había empezado a dar clases en la Escuela de Gobierno de la Universidad de San Martín de Porres. Su curso era semanal y llegó a dar apenas 3 clases. El martes 16 avisó que esa sería su última clase, porque era probable que al día siguiente lo detuvieran. El miércoles 17, mientras la Policía Federal Peruana acompañaba a un representante del Ministerio Público Fiscal para allanar la casa del ex presidente y detenerlo, éste les pidió que lo aguarden que iría a su cuarto para llamar a su abogado. Subió las escaleras de madera, se encerró en su habitación, se arrodilló de espaldas al costado izquierdo de su cama, tomó una pistola Colt calibre .38 y se disparó a la altura de la sien. Los policías, al oír el sonido del tiro, subieron corriendo y lo encontraron arrodillado y caído de espalda con la cabeza apoyada en la cama. Llamaron a la ambulancia y lo llevaron de urgencia la hospital. El allanamiento siguió, aunque en medio de un escándalo, porque el abogado personal de García, Erasmo Reyna, intentaba frenarlo. Cuando se conoció la noticia de la muerte del ex presidente, Reyna argumentaba que al morir el investigado, el allanamiento debía cancelarse porque se extinguía la acción de justicia. Discusiones técnicas.

Tras conocerse la noticia del suicidio de Alan García comenzaron las especulaciones. ¿Por qué se mató? Las respuestas van en todas las direcciones. La más lineal apunta a que era culpable y no quería ir preso. Otra respuesta es que por dignidad prefirió morir antes prestarse al circo de un proceso judicial que consideraba injusto. Alan García era considerado el político más importante de su país y que algunos hasta lo consideraban mesiánico. En 2006, cuando Wikileaks filtró los cables del Departamento de Estado de Estados Unidos, el embajador norteamericano en Lima escribió que Alan García tenía un “ego colosal”. Incluso reportó acerca de rumores de bipolaridad y que había hecho un tratamiento con litio. Hoy algunos periodistas recuerdan que cuando murió su padre político Víctor Raúl Haya de la Torre, fundador del APRA.

Los medios peruanos no hablan de otra cosa, en los canales de noticias se pasan imágenes de todas las épocas de Alan García, algunos los critican y otros, mientras aún se velan sus restos, lo recuerdan como un líder histórico. Él había afirmado que ya tenía un lugar en la historia de Perú. Ahora, tras la muerte del líder quedan por despejar dos incógnitas: si era culpable o no y quien será su sucesor dentro del partido. La respuesta a la primera pregunta podría darse el próximo lunes 22 de abril, cuando en Curitiba declare el ex director de Odebrecht en Perú Jorge Barata y diga si los sobornos que pagó eran para Alan Garcia o no.

(*) Desde Lima.

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Rodis Recalt

Rodis Recalt

Periodista de política y columnista de Radio Perfil.

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