De repente la marca Cambiemos quedó relegada. Marcos Peña se puso al frente de los Defensores del Cambio, una nueva estrategia que usarán ante la deteriorada firma que los llevó hasta la presidencia.
Ya son más de 250 mil los militantes con los que cuenta el armado “para bancar el gobierno de Mauricio Macri”, según describen los organizadores.
El desgaste de “Cambiemos” también se sintió en las provincias: en Santa Fe, por ejemplo, el candidato a la gobernación José Corral reemplazó el amarillo por el naranja para su gráfica, que ahora dice “Vamos juntos”. Si se mira rápido, parece otro partido.
“Está todo validado”, dicen en Casa Rosada sobre estos movimientos. Son distintas formas de sacarse una pesada mochila de encima y reinventarse, luego de varias elecciones y de la crisis económica.
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