Los jeans son algo ajustados para la época. Si bien la dictadura languidece, todavía es 1983 y faltan unos meses para la llegada de la primavera alfonsinista. No es el único detalle del joven Alberto Fernández que llama la atención a los gerontes del Partido Nacionalista Constitucional. El flaco con bigote prominente que se planta frente a ellos en la inauguración de un local partidario en Temperley tiene el pelo recubierto de gomina, como se usaba en aquellos años. Es la renovación canchera que se esperaba con ansias en la ortodoxa agrupación que conducía Alberto Asseff.
Casi cuatro décadas después, ambos se volvieron a juntar en el centro de la escena política: Fernández es el candidato a presidente del kirchnerismo, y el jovato dirigente dio un salto hacia el macrismo que sorprendió a todos y dejó casi afuera de la pelea electoral al economista José Luis Espert. Ahora, sin embargo, ya no son compañeros.
(Te puede interesar: Exclusivo: el día que Alberto Fernández le pidió a Macri sumarse a su boleta)
Idas y vueltas. Quien los presentó fue Antonio Pérez, fotógrafo personal de Juan Domingo Perón. “Albertito, mi sobrino, es un buen chico, está estudiando Derecho y quiere hacer política”, le comentó Pérez, tío del candidato K, a Asseff. El dirigente, en ese entonces, había cobrado cierta fama luego de participar en la comitiva que acompañó a Perón en su regreso definitivo al país en 1973, y hasta había tenido un cargo en el gobierno del General y luego en el de Isabel Perón. Asseff, que hoy es más conocido por su defensa pública del ex dictador Juan Carlos Onganía y por su amistad con el carapintada Mohamed Seineldín, aceptó la propuesta de Pérez y sumó a Alberto a sus filas. Para 1983 Fernández obtuvo su primer triunfo político: lo eligieron presidente de la Juventud del partido de Asseff, y desde ese cargo creó el afiche de campaña con que el Partido Nacionalista Constitucional compitió en las primeras elecciones luego de la dictadura. Fernández ya desde joven se destacaba del resto, aunque, lejos de la liturgia K, no lo hacía desde un movimiento progresista. No sólo estaba lejos de la épica setentista del kirchnerismo, sino que en 1983 acompañó la posición de su partido de no votar al candidato del peronismo, Ítalo Luder.
(Te puede interesar: Alberto Fernández y Sergio Massa: La danza de los camaleones)
Los comienzos del candidato de Cristina Kirchner fueron una primicia de NOTICIAS en el 2004, revelada por el periodista Darío Gallo para la tapa titulada “El comisario Fernández”. En ese momento, cuando este medio investigaba en soledad al gobierno K, el entonces Jefe de Gabinete tuvo una reacción casi infantil: negó por completo su paso por el partido conservador de Asseff. El actual candidato a diputado por el macrismo en Buenos Aires tuvo que salir a desmentir: “Fue un destacado dirigente de nuestra juventud, que tenía claridad conceptual y arengaba con empuje y con sentimiento patriótico”. No se quedó ahí, sino que Asseff aportó la ficha de afiliación de Alberto Fernández -donde el candidato de CFK aparecía como “soltero” y “estudiante”- y la foto que acompaña a esta nota, del acto en Temperley. Asseff reveló también otra intimidad: “Antes de las elecciones del 2003 me reuní con Kirchner en la Casa de Santa Cruz, y me dijo que iba a tener poca legitimidad. Después nos reunimos con Cristina Kirchner y nos pidió que arregláramos con Alberto Fernández para integrar el Frente para la Victoria de Kirchner. Cuando llegué a casa ya me había llamado Alberto Fernández para arreglar ese tema, pero después de las elecciones lo llamé varias veces a Alberto y nunca me contestó. Cuando se estaba por ir a El Calafate para arreglar el tema del Gabinete me atendió el teléfono y me dijo ‘no tengo ni idea de qué cargo me va a dar’. Le dije que dejaba en sus manos el rol que íbamos a ocupar nosotros en el Gobierno. Nunca más me llamó”.
Biografía. “Quedamos en el medio de la grieta, ¿no? Porque por un lado nos sumamos a Macri, y por el otro va de candidato a presidente un pollo nuestro”, dicen desde el entorno de Asseff. Aunque se divierten con el dato, quieren resguardar al veterano dirigente del movido clima electoral. “Es un tipo grande y le vienen dando muchos palos”, aseguran con preocupación. Asseff prefiere el silencio, mientras que se acomoda en el macrismo. Arrancó en la juventud del radicalismo, se pasó al peronismo duro, se codeón con varios funcionarios de la dictadura militar, y luego tuvo un coqueteo con el partido ultraconservador de Alejandro Biondini. "Venía a muchas reuniones con nosotros, y coincidíamos en muchas cosas. Después se alejó", dicen íntimos de Biondini. Ahora Asseff, el mentor de Alberto Fernández, suma un salto más a su zigzagueante carrera política.
(Te puede interesar: Macri calificó a Pichetto de “patriota” y prometió estabilidad fiscal a las petroleras)
Comentarios