Alberto Fernández está obsesionado con la campaña. Siempre tiene su celular encima y a disposición. Lo usa como una extensión de su cuerpo: está en constante diálogo con su equipo, vía WhatsApp, y hasta manda y reenvía encuestas sobre su propia imagen, que le van llegando o que directamente pide. “Es que él está más acostumbrado a ser jefe de campaña que candidato, y en esta elección hace de los dos. El grueso del trabajo cae sobre su espalda, él no tiene un Marcos Peña”, explican en su entorno. Alberto se convirtió en su propio jefe de campaña, y desde sus dos roles intenta lograr una tarea titánica: lograr esquivar los traspiés que suponen algunas declaraciones como las de Aníbal Fernández o la propia Cristina Kirchner, y convertirse en el próximo Presidente de los argentinos.
En la ruta. “Hay que entender que el Frente de Todos no es una empresa de diseño publicitario, como lo que hace el Gobierno. Lo nuestro es un quilombo. Andá a ordenar a alguien que fue funcionario seis o diez años y decirle que haga lo que vos querés”, se lamenta un hombre de la campaña. Hace referencia a las últimas declaraciones públicas que generaron escozor en el kirchnerismo: la comparación del femicida Ricardo Barreda con la gobernadora Vidal, que hizo Aníbal Fernández, y la desafortunada declaración de CFK sobre el hambre en Venezuela, mientras que en el pasado reciente todavía flotan las polémicas intervenciones de Dady Brieva o Mempo Giardinelli. “A nadie le gustan esos comentarios, pero son cosas que iban a suceder, es muy difícil tener a esos personajes callados tanto tiempo. Pero, salvo CFK, el resto va a bajar el perfil”, aseguran desde el kirchnerismo.
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En el comando de campaña de Alberto ya pasaron por varias sensaciones: de una motivación inicial, cuando se formó el equipo y se conoció su candidato, a unas semanas de tensión, en las que la economía se estabilizaba y el macrismo recuperaba fortaleza. Sin embargo, los días previos a las PASO se viven con confianza: según sus optimistas números, Axel Kicillof está 5 puntos arriba de Vidal, y Fernández podría sacarle varios más a Macri. “Además, logramos finalmente hablar de economía”, sacan pecho en el albertismo.
Equipo. En el kirchnerismo le bajan el tono a los bloopers mediáticos y sienten que es un logro llegar a las PASO con la actual campaña. En julio lograron sentar a los representantes de las seis fuerzas principales del Frente de Todos y cuentan que desde entonces el trabajo se encaminó. “Fue clave lograr sentar a la gente de Kicillof, Cristina, Massa, Alberto, Lammens y La Cámpora para organizar el trabajo”, aseguran desde el Instituto Patria. Desde que se coordinó esa “mesa de campaña”, como la llaman, la actividad cambió. "Ahora organizamos mejor la agenda, podemos salir con varios candidatos en público a la vez, nos ponemos de acuerdo en los temas a tratar y en cómo encararlos, y se dan cosas impensadas hasta hace poco: por ejemplo, ahora llamamos a gente del massismo para que de una nota o prepare una recorrida”, dicen en el búnker K.
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No es la única novedad que se da dese esos pagos: sobre el cierre de esta edición se confirmó el lugar donde se vivirán las elecciones del 11 de agosto. Las PASO se seguirán desde el Complejo Cultural "C" Art Media, en la Avenida Corrientes al 6200, en en el barrio de Chacarita. La dirección artística del lugar está a cargo de Javier Grosman, ex funcionario K que fue el responsable de la Unidad Ejecutora Bicentenario y también de los eventos que se organizaron en Tecnópolis durante el gobierno kirchnerista. Hasta ese lugar, que tiene capacidad hasta para 4.500 personas, irá la primera plana de los políticos K.
Los roles del equipo están repartidos. Juan Courel, experto en comunicación política, es el encargado de los spots y los contenidos en redes sociales -los flyers con el hashtag #LaPropuestaDeTodos fueron una idea de él-, en una tarea que comparte con el director y ex funcionario K Tristán Bauer, y los publicistas Gonzalo Henestrosa y Leandro Raposo, mientras que Enrique “Pepe” Albistur, ex secretario de Medios K e íntimo de Alberto, colabora con ideas -como la de no entregarle el timón de la campaña a ningún publicista, luego del fiasco que sienten que fue en 2017 el catalán Antoní Gutiérrez Rubí- y se encarga de la papelería y los afiches. Otro que ganó terreno es Nicolás Trotta, rector de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo y cercano al sindicalista Victor Santa María, que es el coordinador de los “equipos técnicos” y el encargado de organizar las encuestas que realizan para la campaña los consultores Roberto Bacman, Hugo Haime y Analía del Franco. Todos, dicen, se tienen fe.
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