Hoy se inaugura la última edición del tradicional Coloquio de IDEA en la era macrista, o al menos del primer mandato de Mauricio Macri. A diferencia de otros años, el Presidente no estará presente en la cumbre empresarial de Mar del Plata, aunque se despedirá de este ciclo de 4 años mediante videoconferencia.
Pero el verdadero protagonista de los miedos y deseos del establishment, Alberto Fernández, ni siquiera mandará saludos. Tal como sucede con el clima de negocios en todo el país, el influyente foro marplatense quedó rehén de la turbulenta temporada electoral.
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El llamado “círculo rojo” aprovechará el retiro espiritual en la costa para tramitar el duelo por un ciclo político que aparentemente se termina. De aquí al fin de semana, subirán al escenario de IDEA María Eugenia Vidal y varios ministros de la gestión PRO, junto al presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, el único cortesano considerado amigable por el oficialismo. Será inevitable el tono nostálgico en el auditorio, que recuerda la euforia esperanzada que reinaba en el Sheraton de Mar del Plata en los primeros años del gobierno de Cambiemos.
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Lo que seguramente quedará para los jugosos debates de pasillo en IDEA es la autocrítica de clase por el paradójico desencuentro que reinó desde el comienzo del macrismo entre el “círculo rojo” y el Presidente, quien era visto como un defensor de los empresarios solo por la oposición nac&pop. En realidad, más allá de los estereotipos, buena parte de los hombres y mujeres de negocios lo vieron siempre con desconfianza, la misma que Macri sintió por ellos. Aquella desinteligencia estructural nunca resuelta en el seno de la familia capitalista nacional explotó con la crisis financiera y la mega causa de los cuadernos. Y ahora desemboca en un nuevo vacío de poder en la dirigencia económica argentina.
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Por eso todos los asistentes al coloquio marplatense de este año estarán pensando en los grandes ausentes de esta edición de IDEA: el albertismo y su inasible plan de rescate de la economía nacional. Mientras saldan cuentas con el sueño macrista que no pudo ser, los empresarios ensayarán en silencio o entre susurros sus maniobras individuales para dar el volantazo oportuno hacia la ruta del poder que viene.
*Editor ejecutivo de NOTICIAS.
por Silvio Santamarina*
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