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ARTE | 25-07-2023 09:51

Facundo de Zuviría propone revisitar Japón

De jueves a domingo, de 12 a 19 hs. en Caboto 564 (La Boca) se puede visitar la muestra de 80 fotografías dispuestas en dípticos.

La Fundación Larivière abrió un amplio y cómodo espacio dentro del Distrito de las Artes, con una colección especializada en fotografía latinoamericana de más de 3000 piezas, con biblioteca y librería más una sala de muestras transitorias. La exhibición actual lleva un título sugerente: Japón, son fotos tomadas por Facundo De Zuviría (BA 1954) en el período entre 2016 y 2020 anterior a la pandemia. Situaciones encontradas al azar para contar la urbanidad
sin retratar personajes con la curaduría de Francisco Medail y el apoyo en la selección de los dípticos hecha por Paula Serrat, casada con Facundo hace 37 años.

La muestra no retrata el recorrido de un caminante por el país asiático, sino que se compone de tomas digitales,
directas, sin intervención posterior, capturadas por quien aplica un ojo notablemente entrenado para saber qué le interesa recortar en cada caso. En el texto curatorial se sugiere que este relato fotográfico se basa en el encuadre que permite el concepto japonés de Ukiyo-e, que se traduce literalmente por «mundo flotante», y referencia a una idea de felicidad derivada de la realización del mundo que es «efímero, fugaz o transitorio», tanto como lo es cada signo que atrapa la atención del fotógrafo para lograr la toma.

Se trata de ochenta fotos de igual tamaño que recuperan pequeños paisajes y geometrías que se descubren en la
superficie de la ciudad, operando como conjunciones de luces y sombras, cargadas de acentos y detalles que dan cuenta de la ebullición de la vida de un habitante común que repasa con su mirada carteles, vidrieras, detalles curiosos, huellas perdidas. La mayoría fueron tomadas en Buenos Aires, pero también hay algunas de Egipto, Bélgica, Tierra del Fuego, París, Río de Janeiro o Rosario. El autor aclaró que no tiene importancia el lugar de la toma, porque al no
describir una ciudad en especial “hablan de un mundo que hoy, después de estos dos años de incertidumbre y restricciones, parece pertenecer al pasado”.

Japón es una palabra que resuena en lo urbano asociada a los emigrantes japoneses y sus famosas tintorerías, pero también el nombre en sí, trae la idea de un mundo remoto, exótico y tan deseable como lejano, sobre todo porque en esas tomas estáticas, donde la configuración de una vieja vidriera polvorienta y abandonada, o el grafiti que queda inmortalizado por un tiempo breve, o los maniquíes de un escaparate con su gesto impersonal, pueden encontrarse
en todo el mundo contemporáneo, en cualquier barrio del mundo.

En sendas bandas sobre las largas paredes de la sala, un torso femenino recortado sobre un fondo verde claro que refleja tres líneas rectas horizontales en contrasta con un fondo neutro con el gesto libre de una línea curva que se asemeja a un dibujo. Una ventana de bar que deja ver el nombre del comercio: PALACE con letras trabajadas a mano que hacia abajo reflejan lo que está frente a esa vereda. Un cartel donde se lee JAPON rodeado de pompas blancas en relación con una cortina de trama rombiodal que deja ver un paisaje invernal con un ciervo. Ventanas abiertas a la
curiosidad del caminante con su cámara en mano.

Por Pilar Altilio

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