★★★★ Miguel Rothschild (Buenos Aires, 1963) presentó libro y muestra en galería Ruth Benzacar. En su bello volumen “Premonition” (Kerber Verlag, 2022), con textos de Helen Adkins, el artista presenta imágenes de humos y bosques con incendios “controlados” en Andalucía y vistas de diurnos cielos turbulentos tomadas desde su estudio en Berlín, donde vive y trabaja desde los años 90. Son imágenes de series recientes -“Spirits” y “Apocalypse”- plasmadas en papel de algodón, luego perforado con fuego por el propio artista. Entre lo mítico y lo sublime, el resultado es tan bello como estremecedor.
Lo sublime y violento, con alusiones a lo divino, también se revelan en las obras de la exhibición “La eternidad de la noche”. Rothschild aquí vuelve a ocuparse de maravillosos cielos, de dualidades y opuestos, como en varias series a lo largo de su trayectoria. Esculturas, una serigrafía sobre tela reflectante de gran tamaño de un cielo estrellado y otras obras desplegadas en las paredes habitan los dos ámbitos de Sala 2 de la galería, en cuyo espacio principal se exhiben las piezas de los 21 artistas seleccionados en la 20 edición del programa Curriculum Cero, que ganó la artista Foguel (Eugenia).
Son obras de cielos nocturnos que parecen aspirar a lo sagrado. En las salas en penumbra -con mínima y certera iluminación, con pisos y paredes negras- se percibe lo físico y lo metafísico. Relucen dos esculturas hechas con triángulos de vidrio grueso y golpes de martillo; sus marcas crean la ilusión de estar en presencia de campos de energía cósmica donde brillan múltiples estrellas. Las connotaciones de lo divino -como el triángulo- también se repiten en distintas perspectivas de otros vidrios con quiebres colgados en la pared, cuyas líneas dibujan bóvedas transparentes de antiguas catedrales que dejan ver fotografías de cielos estrellados. Las “constelaciones” miradas a través de los diagramas de basílicas europeas invitan a una experiencia cuasi religiosa. Refinado artista, Rothschild sugiere la búsqueda de la trascendencia.
Entretanto, el transeúnte desprevenido quizá se encuentre con instalaciones, música, performances en el espacio público en el microcentro castigado por la pandemia. Esfuerzo privado y de la Ciudad, “Microcentro cuenta” propone intervenciones artísticas multidisciplinarias en instituciones como ArtHaus y el Instituto Goethe, en locales vacíos y en bancos como el MACRO, y más. Entre Av. Santa Fe y Av. de Mayo y la Av. 9 de Julio y el Bajo; al 12 de febrero.
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