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CIENCIA | 10-06-2016 13:25

Como Carta Abierta, pero formada por científicos

Más de 3.400 investigadores presentaron al Ministro de Ciencia, Lino Barañao, un petitorio por la situación del sector. El análisis del país y los problemas que preocupan a los investigadores.

En las últimas semanas sucedió lo imprevisto, al menos para los medios de comunicación masivos: la ciencia ocupando largos minutos de aire en televisión. Todo estalló a partir del día en que el matemático Adrián Paenza, en su programa “Científicos Argentinos” que se emite por la TV Pública, llevara a un grupo de investigadores al piso y cuestionara la actual gestión en el área. El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, y el Presidente del Conicet, Alejandro Ceccatto, ocuparon el primer plano. El debate no se hizo esperar. En rigor de verdad, todo empezó en enero, cuando un numeroso grupo de científicos argentinos se reunió para analizar y cuestionar políticas gubernamentales en torno al desarrollo científico no solo per se, sino como una herramienta fundamental para el desarrollo socioeconómico.

Encendieron luces de alarma: creen que el despertar que surgió durante los 12 años anteriores, corre riesgo de frenarse, y hasta de retroceder.

ANÁLISIS. El grupo Ciencia y Técnica Argentina (CyTA) se formó en enero: “Tenemos la premisa de que tanto la práctica como la gestión de la ciencia y la tecnología no son ajenas a las acciones generales del gobierno, al modelo económico-social y al funcionamiento del sistema democrático”, establece el documento fundacional.

Pronto llegó un análisis firmado por siete mil científicos de diferentes edades, especialidades y color político. En él se juzgaba con mirada crítica desde la devaluación de la moneda, hasta la eliminación de retenciones a exportaciones agrarias e industriales, pasando por represiones policiales.

En el terreno específico de la ciencia y la tecnología, los miembros de CyTA parten de la base de que el neoliberalismo criollo no se lleva bien con el desarrollo científico. “Vemos con preocupación que tanto la devaluación como las promesas de liberar las importaciones generen condiciones para acentuar la dependencia y obstruir los procesos de generación local de tecnología que promueve la educación, creación de puestos de trabajo de alta calidad e inclusión social, con el peligro de que las corporaciones transnacionales decidan qué se produce en el país y qué se importa”.

Desde un punto de vista amplio, la preocupación de los miembros de CyTA no es político partidaria, sino ideológica. La defensa de un marco en el que el desarrollo científico y tecnológico vaya mano a mano con el fortalecimiento de una industria local, que consuma innovaciones con sello nacional, y que las exporte. Es retomar el planteo del Premio Nobel Bernardo Houssay: “Algunas personas piensan que la ciencia es un lujo y que los países más desarrollados gastan en ciencia porque son ricos. Gran error: gastan en ciencia porque es una gran inversión y de esta forma se vuelven aún más ricos.”

Sin un mercado interno fuerte, sin una industria local pujante, sin presupuesto para ciencia y tecnología, no habrá ni dinero para investigar ni lugares dónde colocar los desarrollos, y tampoco consumidores que los utilicen. “Lo que buscamos es que no se pierda la oportunidad de afianzar la estrecha relación entre desarrollo nacional e innovación científica que comenzó con el gobierno anterior”, dice un importante miembro de CyTA.

Ya en el mes de abril, los científicos presentaron en una reunión con el Ministro Lino Barañao una petición netamente gremial.

LOS RECLAMOS. Firmado por 3.422 miembros del sistema de ciencia y tecnología, el documento resume las áreas y los temas que más preocupan a los investigadores. “Salarios, becas, subsidios y proyectos, y financiamiento de institutos en cuanto a cómo pueden verse afectados por los aumentos en las tarifas de los servicios públicos”, puntualiza Roberto Salvarezza, quien fue Presidente del Conicet hasta que presentó su renuncia, el 9 de diciembre del año pasado, al finalizar la gestión de la ex presidenta Cristina Fernández.

El doctor en Bioquímica aclara que la acción de CyTA no implica una quita de confianza al Ministro de Ciencia. “Es un ministro con el cual he trabajado durante cuatro años, sé que le interesa la ciencia y la tecnología. Lo que esperamos es que se ponga al frente de esto y pueda solucionarlo. El petitorio es reivindicativo, en ningún momento apuntó sobre el Ministro, sino todo lo contrario: pensamos que ahora Barañao tiene el respaldo necesario para salir a reclamar estos puntos que nos preocupan. A algunos ya los respondió y a otros no.”.

Uno de los temas sin solución por ahora es el salarial: actualmente, los becarios cobran una asignación de 11 mil pesos que en junio subirá solamente a 11.700 pesos. Otro tema aún entre signos de interrogación es qué sucede con, por ejemplo, la compra de insumos, que en la actividad se hacen mayoritariamente en el exterior y por ende se pagan en dólares. “La actualización de los subsidios tendría que ser del 50% y no del 17%, que es lo que han prometido, teniendo en cuenta la devaluación que hemos sufrido -señala Salvarezza-. También nos preocupa que no se cumpla con el plan lanzado en el 2012 de incorporar cada año un 10% más de científicos a la carrera de investigador, con la meta de llegar a tener 36 mil en toda la Argentina para el año 2019. Tal como vienen las cosas, con el plan de sumar solo 600 más este año (es decir, un 30% menos que en el 2015), no llegaremos a la cantidad planeada”.

Alguien podría decir que Argentina no necesita más científicos, pero la realidad es que sí los precisa, argumentan desde el CyTA: la proporción entre investigadores en relación a la población económicamente activa es aún baja, incluso cuando sea la mejor de América Latina.

“Educación, ciencia y tecnología son el insumo de desarrollo para los países y a esto las naciones desarrolladas lo saben muy bien –concluye Salvarezza-. Si no fortalecemos la innovación a través de la ciencia y la tecnología el país no va a innovar y seguirá siendo el país de la empanada.”

SORPRESA. En el segundo programa de “Científicos Argentinos”, Adrián Paenza llevó al estudio a Alejandro Ceccatto, actual Presidente del Conicet. Allí sucedió lo que luego estalló en medios y redes sociales. Ceccatto comentó: “Los subsidios que deberían haber recibido los investigadores para realizar su trabajo estaban impagos desde 2013”. Paenza respondió: “Me entero recién ahora”. Roberto Salvarezza dice que “es cierto que durante los doce años anteriores hubo tensiones, pero estuvieron dadas en el marco del crecimiento. En el año 2015 las hubo con los salarios, y conseguimos una jerarquización”. Agrega: “Pero no podemos comparar aquello con lo que ha sucedido en estos seis meses, en los que ha habido una pérdida del poder adquisitivo del orden del 25%, que anualizado sería del 40%. Si antes teníamos un alerta grado 3 en la escala sismológica de Richter, ahora estamos en un nivel 8”.

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