(CUATRO ESTRELLAS)
En los últimos años, el ciclo de Grandes Intérpretes en el Colón ha servido de marco para presentar ante el público local a varios de los cantantes más renombrados de nuestro tiempo. Ahora fue el turno de Sonya Yoncheva, una de las sopranos más aclamadas de la actualidad, con una trayectoria brillante en los principales escenarios del mundo.
Para este debut en nuestro país, Yoncheva eligió un programa que incluyó canciones y arias de compositores italianos. Desde el primer segmento del recital, con una serie de canciones de Puccini, la soprano desplegó sus poderosos recursos vocales, que en vivo producen mayor impacto que en grabaciones.
Es una cantante de voz suntuosa, con volumen imponente, que domina con maestría su instrumento, especialmente en los cambios de dinámica. Sin embargo, en las canciones de cámara su enfoque interpretativo resultó más operístico que íntimo, pese al admirable oficio y conocimiento estilístico de Malcolm Martineau, una de las máximas autoridades entre los pianistas acompañantes de los últimos tiempos.
En la segunda partes del recital, con arias de óperas, Yoncheva se encontró en su elemento. Más desenvuelta y comunicativa, brindó sentidas interpretaciones de arias de “Le Villi”, “Tosca”, “La bohème” y “Madama Butterfly”, de Puccini, con pleno despliegue de su voz y solidez artística, aunque casi siempre con una expresividad extremadamente cuidada.
Muy ovacionada, la soprano regresó al escenario junto a Martineau varias veces y brindó tres piezas fuera de programa: “O mio babbino caro”, una estupenda interpretación de la Habanera de Carmen, y “Adieu, notre petite table”, de Manon, de Massenet.
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