Ante la enorme oferta de locales y nuevos productores, el gran dilema de todos es de qué manera descubrir cuándo una marca vale la pena y cuándo no. Por eso compartimos una serie de tips y consejos para evitar consumur productos malos, y para saber cómo maridarlas mejor.
“Es difícil saber cuándo una cerveza es buena o mala, pero podemos guiarnos por lo más primordial que tenemos, que es el gusto, pero también es cierto que hay muchas cervezas que pueden no ser de tu agrado y estar perfectamente hechas. No todos gustan del amargor, la intensidad o el grado de alcohol de algunos estilos en particular”, expresa Nicolás “Harry” Salvarrey, socio de Desarmadero Bar (Gorriti 4295, Palermo). En esos casos, hay que algunos factores a los que se les puede prestar atención. A continuación, los tips del especialista:
Las cervezas se descubren si uno conoce más o menos el estilo de cerveza que está pidiendo. Por eso, lo ideal es recurrir a alguien del lugar donde se esté consumiendo que sepa y pueda explicar cuáles son las características del estilo y cómo se debería sentir. Por ejemplo: un color turbio puede ser sinónimo de que la cerveza está “desprolija” o puede ser un factor distintivo de las cervezas de trigo o de las NEIPAS, donde la turbidez es obligatoria.
Si una cerveza está muy ácida, probablemente esté en mal estado, a menos que se trate de una estilo Sour, una Lámbica, una Gose o una Berliner Weiser, donde la acidez elevada es un factor distintivo y buscado.
Si una cerveza viene cargada de muchísimo gas, lo más probable es que se haya oxidado. Por el contrario, si no hace nada de espuma, puede que haya tenido algún inconveniente durante el envasado o embotellado, que haya entrado oxígeno y/o se haya escapado el gas. No siempre esto es ley, pero son aspectos generales que pueden tomarse en cuenta.
Si se perciben aromas a solvente o a quita esmalte, no es una buena señal. Lo mismo sucede si se encuentran notas a manteca o a vegetales hervidos. En general, si hay un aroma o un sabor desagradable, lo más probable es que esa cerveza esté mal.
Si la bebida da dolor de cabeza al día siguiente, probablemente haya tenido un nivel de alcohol superior, que es algo que no está bien.
Tips para maridar cervezas y platos
A la hora de pensar un maridaje, lo primero que tenemos que pensar es qué tipo de experiencia buscamos: si queremos que se acompañen los sabores y armonicen o si, por el contrario, queremos que contrasten para explorar nuevas combinaciones de sabor”, dice Gabriel Furnari, brewmaster de Cervecería Tacuara (Juramento 2781, Belgrano y más sucursales). Si bien no existe una regla general, hay normas que suelen fallar menos. A continuación, los consejos del maestro cervecero, teniendo en cuenta los sabores de la cocina de invierno:
Combinar platos grasosos con cervezas lupuladas, por ejemplo, una IPA, porque el lúpulo tiene tanta potencia, tanta impronta de sabor y tanta fuerza que genera un arrastre y una especie de limpieza de la grasa en boca.
Las cervezas ligeras acompañan muy bien todo tipo de platos, desde ligeros hasta intensos, ya que son fáciles de tomar, hacen de soporte, refrescan al paladar y ayudan a bajar la comida. Por eso, una preparación intensa, como un locro, puede ir muy bien con un estilo ligero, como una Lager.
Para postres intensos, como una marquise, se puede optar también por dos caminos. Lo clásico sería acompañar con una cerveza negra, como la Stout, porque se combina el chocolate con una cerveza que tiene notas de chocolate. Otra opción sería optar por un estilo ligero, como una Pilsen, porque genera suavidad en el paladar y limpia la boca. También se podría ir por el camino de la experimentación, combinando la marquise con una cerveza ácida, como una Krieg (de cereza), que contrasta y complementa el ligero amargor del chocolate con la frescura y lo frutado de la cerveza. De esta manera, se potencian los sabores.
por R.N.
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